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'Prefiero la felicidad al éxito', dice joven con el mejor promedio de todo Madrid que estudiará Filología

Sociedad

Por: José Robles - 06/21/2022

Contrario a la tendencia de la época, este joven madrileño seguirá el camino de las Humanidades en la universidad, aun cuando por su promedio podría elegir una carrera que le "aseguraría" mejores expectativas de salario al trabajar

Como es bien sabido, una de las narrativas sociales dominantes de nuestra época es la que podríamos denominar la del “culto al éxito” y que, grosso modo, se caracteriza por una valorización del éxito social y específicamente económico de una persona por encima de muchas otras de sus posibles cualidades, a partir de parámetros como la riqueza material, la posesión de ciertos bienes de consumo (automóvil, ropa), el mantenimiento de cierto nivel de vida y otros. En suma, se trata de una especie de veneración al éxito material de acuerdo a una forma de vida que se ofrece dentro de los limites del capitalismo.

Una derivación de dicha narrativa se encuentra en la elección de carrera profesional y laboral de una persona, en la cual se suele involucrar el criterio de las expectativas laborales y de salario. 

Aunque desde cierta perspectiva se podría pensar que una persona podría dedicarse a lo que quisiera, aquello a lo cual sus preferencias e intereses la condujeran, lo cierto es que en muchos casos esa elección también se hace pesando en la ganancia económica que tal o cual profesión reportará. Y como también sabemos, todas las actividades se encuentran ya bien jerarquizadas de acuerdo con ese parámetro.

Quizá por eso, la elección de carrera de un joven español causó revuelo recientemente, pues contrario al pensamiento dominante de la época, prefirió la felicidad al éxito y, aun cuando obtuvo la mejor calificación de Madrid en el examen que concede el acceso al nivel universitario de estudios, estudiará Filología Clásica, carrera que al menos a primera vista no rivaliza en salario frente a muchas otras como Derecho o alguna ingeniería de las que actualmente están en boga.

El protagonista de esta historia es Gabriel Plaza, un muchacho de 18 años de edad recién egresado de la escuela preparatoria pública San Juan Bautista. Como parte del proceso académico vigente en España, Gabriel realizó recientemente la prueba EBAU, siglas que refieren a la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, obteniendo la calificación de 10 en todas las asignaturas de la cual se compone la prueba, con excepción de una, el idioma alemán, en donde sacó 9.75. Su calificación general fue de 13.964, la mejor de todo Madrid.

Con semejante resultado Gabriel podría elegir la carrera universitaria que quisiera y, por ello, podría esperarse que su elección se inclinara hacia una disciplina que fuera una “garantía” del éxito económico

Sin embargo, el joven, que se define como “de humanidades hasta la médula”, no lo dudó ni un instante y decidió seguir el camino de la filología, que, dicho brevemente, se concentra en el estudio de los textos de determinada época (en particular los literarios, pero no exclusivamente) a fin de caracterizar con ellos tanto el lenguaje como su evolución y la cultura de donde emanaron dichas producciones.

Pero lo más sorprendente es el contundente motivo por el cual Gabriel eligió la filología: “Yo prefiero la felicidad al éxito seguro”, dijo en una entrevista, un argumento a todas luces irrebatible: 

Cada uno puede hacer con sus vidas lo que quieran. Es mejor hacer lo que te gusta. Yo prefiero la felicidad al éxito seguro.

El caso de Gabriel puede ser sin duda inspirador para muchos, de inicio para los jóvenes pero también para personas de cualquier edad, pues la elección entre lo que nos gustaría hacer y lo que supuestamente “debemos” hacer se nos presenta todos los días. Dicho de otro modo: todos los días se nos presenta el reto de hacer lo que nuestro deseo más auténtico nos dicta.


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Imagen de portada: niusdiario.es