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¿Ya conoces el carillón de campanas? Uno de los instrumentos más espectaculares del mundo

Por: Luis Alberto Hara - 10/11/2014

Como una gran bestia emergida del paraíso musical, decenas de campanas suenan orquestadamente y promueven la epifanía a través del sonido

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En la Edad Media, un ejercicio recurrente era la creación de bestiarios. Se trataba de inventarios de bestias fantásticas con cualidades particulares, algunas terroríficas y otras preciosas. Cada uno de estos seres rebozaba en complejas anatomías que resultaban en una estética convulsa y un proceder intrigante.

Si los instrumentos musicales fuesen entidades (existen buenas probabilidades de que lo sean), y nos propusiéramos organizarlos jerárquicamente en un catálogo, uno de los espacios protagónicos lo ocuparía, sin duda, el carillón de campanas.

Se trata de un encaje de campanas articuladas en escala musical y que se activan con el golpe de un martillo controlado desde un teclado. Cada campana libera una nota distinta y, dependiendo de la cantidad de octavas que abarque, el instrumento puede tener un mínimo de 23 piezas de bronce, mientras que la cantidad estándar para utilizar el carillón en un concierto es de 48.

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La hermosa bestia que el carillón aparenta es, además, una bestia animada; una suerte de títere sonoro manejado de manera encubierta por un solo hombre que le confiere vida. El campanario vive impetuosa y sutilmente mientras el carillonista mueve las manos y los pies sobre el tablero, pero por la esencia perdurable del sonido de campanas sobrevive al hombre que las hace doblar. Un movimiento de su mano amplifica ecos perennes que se extienden en tiempo y en espacio como la voz penetrante de un ser mitológico.

El primer carillón de la historia surgió en Flandes en 1510, donde un juglar tocó música con las campanas del Ayuntamiento de Oudenaarde haciendo uso de un teclado. Hasta el día de hoy, los Países Bajos son el lugar con más carillones por kilómetro cuadrado, seguidos de Bélgica y Francia. Incluso se han abierto varias escuelas de “campanología” en esa zona del mundo, para que nunca falte quien haga sonar los impresionantes bronces. Pero el carrillón de campanas más grande del mundo, con 100 toneladas de peso y 53 campanas (la más grande, de 10 toneladas y la chica, de 4.5kg), está en Nueva York, en el Riverside Church, al oeste de Manhattan.

Para nuestra fortuna, una versión de aproximadamente 50 campanas de esta soberbia bestia de la música se hará escuchar en la ciudad de México el próximo 26 de octubre, enmarcada por un ecosistema de ritmos electrónicos a cargo del refinado productor Pantha du Prince. El evento celebrará la clausura del festival de MUTEK Mx 2014, un evento que destaca por su propensión epifánica.