En la actualidad en Estados Unidos un sector de la sociedad ve a los musulmanes con xenofobia, juzgándolos de manera absurdamente general como un pueblo terrorista que amenaza a su país y, sin embargo, los fundadores de este país tenían en alta estima esta religión. Dos de los primeros cuatros presidente y próceres más importantes de la fundación de Estados Unidos, Thomas Jefferson y John Adams eran dueños de un Corán y existe evidencia de que estudiaron este texto. Y el gran ideólogo de la independencia estadounidense, al parecer miembro de los rosacruces, Thomas Jefferson, incluso intento aprender árabe y penetrar en los misterios de esta obra sacra.
Aunque actualmente se han polarizado las visiones culturales en torno a los árabes y a Occidente, es bueno recordar que buena parte de la cultura de la cual tanto se enorgullece Occidente vino a través de los árabes, que fueron un puente entre las ciencias de la antigüedad y la modernidad en Europa. Los fundadores de Estados Unidos, eran hombres que, además de su filiación masónica, tenían una gran cultura, muy superior a la que vemos hoy en los puestos políticos más altos.
El Boston Globe hace un interesante recuento de la historia de el Corán en Estados Unidos y su importante influencia en el establecimiento de esa nación, es de destacar que en los albores de Estados Unidos tanto Libia como Marruecos reconocieron a Estados Unidos como un país amigo precisamente porque era versado en el libro sagrado del mundo islámico.