Retiran palabras ofensivas de los libros de Roald Dahl para ajustarlos a la sensibilidad contemporánea
Libros
Por: Mateo León - 02/20/2023
Por: Mateo León - 02/20/2023
Como es sabido, en nuestra época y desde hace algunas pocas décadas existe la tendencia a reemplazar ciertos términos de uso común en el lenguaje cotidiano por otros más “políticamente correctos”. De hecho, este fenómeno inició así, como de “corrección política”, pues se trataba de corregir ciertas nociones que en términos sociales eran especialmente incómodas o polémicas por estar relacionadas con fenómenos como el esclavismo, la colonización o la discriminación a grupos minoritarios, entre otros.
Internet y las comunicaciones digitales sirvieron como amplificador de esta especie de conducta más o menos generalizada, de modo que ahora se habla más bien de una mentalidad “woke”, término en inglés que se puede traducir simplemente como “despierto” y que en este caso alude a una suerte de “conciencia despierta”, esto es, una perspectiva sobre la realidad más aguda, más informada, más sensible (o sensibilizada a determinados aspectos) o una mezcla de todo ello.
Sin embargo, en tanto tiene su origen en la corrección política de hace unos años, la mentalidad woke contemporánea tiene también un importante componente de censura.
Prueba de ello es la modificación que están sufriendo las obras de Roald Dahl en sus nuevas ediciones, expurgándolas de todo término que pueda correr el riesgo de considerarse “ofensivo” entre las nuevas generaciones.
Según informan Anita Singh y Ed Cumming para el diario The Telegraph, los libros de Dahl publicados por Puffin Books (la división de literatura infantil y juvenil de Penguin Books) comienzan ahora con esta advertencia al lector:
Las palabras importan. Las maravillosas palabras de Roald Dahl pueden transportarte a mundos distintos y presentarte a los personajes más maravillosos. Este libro fue escrito hace muchos años, por lo que revisamos periódicamente el lenguaje para asegurarnos de que pueda seguir siendo disfrutado por todos hoy en día.
El aviso justifica los cambios que han tenido las obras de Dahl recientemente, los cuales, a decir de Singh y Cumming, nunca antes habían sido tan notorios e incluso radicales.
Por principio de cuentas, la palabra “fat” en inglés (“gordo” o “gorda”) ha sido eliminada de todos los libros, sustituyéndola en algunos casos por “enormous” (“enorme”), como en Charlie y la fábrica de chocolate.
En ese mismo libro, los Oompa-Loompas, que se caracterizan por su baja estatura, ya no están asociados con calificativos como “tiny” (“minúsculo”) o “no higher than my knee” (“no más altos que mi rodilla”), sino que simplemente se les adjetiva como “small” (“pequeño”).
Otra modificación relevante es la neutralización del género, de modo que, por ejemplo, los “Cloud-Men” (“Hombres-Nube”) de James y el durazno gigante son ahora “Cloud-People” (“Personas de las Nubes”).
Los periodistas destacan también la censura de las palabras “crazy” y “mad”, ambas para “loco” o “loca”, las cuales han sido totalmente borradas de todos los relatos del autor. Esto es especialmente preocupante porque eran parte del estilo literario de Dahl, quien las usó de una manera lúdica.
Y quizá la cereza en el pastel sean algunas adiciones con cierto ánimo justificativo que se han hecho en algunos libros. Por ejemplo, en Las brujas, en donde después de un párrafo en el que se dice que las brujas usan pelucas se añadió este párrafo:
Hay muchas otras razones por las que las mujeres pueden llevar peluca y, desde luego, no hay nada malo en ello.
De acuerdo con Singh y Cumming, estos cambios ocurren luego de que Netflix compró a los herederos del escritor los derechos de todas las obras de Dahl, incluyendo la publicación editorial, estableciendo una compañía aparte para administrarlos a la que le dio el nombre de Roald Dahl Story Company.
Ya en 2020, la Roald Dahl Story Company tuvo que emitir un comunicado de disculpas ante señalamientos de racismo, misoginia e incluso antisemitismo que surgieron en torno a la obra del escritor.
En ese contexto, quizá Netflix decidió expurgar las obras del emblemático autor para prevenir futuros escándalos y pérdidas de ganancias en adaptaciones de las obras del escritor para la plataforma.