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Vida, muerte y redención: el universo de 'Breaking Bad' llegó a su fin con el épico final de 'Better Call Saul'

Arte

Por: Valentina Cisniega - 08/18/2022

Ha concluido de forma épica una de las mejores trilogías en la historia de la televisión

El pasado 15 de agosto llegó a su fin la serie Better Call Saul y, para suerte de muchos, el último episodio nos dejó con un gran sabor de boca. 

Cuando Breaking Bad concluyó su emisión en el canal AMC, fue ampliamente aclamado como uno de los mejores programas de la historia de la televisión. Sería un acto difícil de superar para cualquier escritor, por lo que el creador Vince Gilligan despertó el escepticismo del público cuando decidió continuar con un spin-offBetter Call Saul .

Pero a pesar de la presión que supuso un proyecto de tan alto perfil, Gilligan y el cocreador de Better Call Saul, Peter Gould, rápidamente demostraron que los detractores estaban equivocados. A lo largo de seis temporadas, el programa se ha convertido en algo único, y muchos fanáticos y críticos creen que incluso puede haber superado a Breaking Bad.

Pero lo importante no es cuál es mejor que la otra. Lo verdaderamente magistral radica en la perfecta metáfora de la vida que son los tres resultados del universo televisivo creado por Gilligan. 

El Camino, Better Call Saul y Breaking Bad comparten una inusual congruencia entre el desarrollo de sus personajes y sus respectivos desenlaces. Y es inusual porque pocos trabajos audiovisuales logran hacer una sinergia entre el guión, la interpretación y la cinematografía sin dejar ni un cabo suelto. Aunque el final de Walter White era predecible, eso no quiere decir que haya sido "malo". Lo mismo pasó con el personaje de Jesse Pinkman en El camino, así como con el de Jimmy McGill en Better Call Saul

Los protagonistas de estas tres historias forman un complejo mosaico que demuestra la complejidad de los seres humanos en situaciones peligrosas, arriesgadas, desfavorables. Se trata de comprender el impacto que tienen las decisiones que tomamos en nuestra vida. 

Cuando Jimmy pregunta qué harían si tuvieran la capacidad de viajar en el tiempo, hay un explícito mensaje de introspección que invita al espectador a buscar en su memoria el evento que desencadenó nuestro dolor, nuestras perdidas y nuestras tristezas. 

El final de Better Call Saul no sólo es una apuesta literaria arriesgada y muy bien elaborada, también es una cátedra de cómo los simbolismos pueden soportar una historia hasta su final. Las tomas y las cámaras son parte importante de esto último. 

Los finales poéticos no son malos. Cuando Walter muere en Breaking Bad se cierra un ciclo que había iniciado precisamente con su miedo a morir. 

A Jesse Pinkman se le brinda una nueva oportunidad, que estuvo buscando desde el inicio de su carrera como narcotraficante. 

Y Jimmy no podía estar en otro lugar que no fuera la cárcel. Era un villano de guante blanco que terminó por entregarse y hacerse responsable cuando perdió lo que más amaba en la vida. 

Seguramente pasará mucho tiempo para volver a ver un trabajo que compita con la genialidad de Vince Gilligan. Pero para quienes trabajan en el medio, este es el ejemplo perfecto de cómo se hace un final. El menos intenso, pero sí el más épico en la historia de la televisión. 

 

 

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Imagen de portada: Twitter