Contra el conflicto, la compasión: 6 maneras de enfrentar compasivamente a las personas conflictivas
Buena Vida
Por: Emanuel Pérez - 07/25/2022
Por: Emanuel Pérez - 07/25/2022
Las relaciones interpersonales son y serán la base sustancial en la que cimentamos la personalidad y nuestra función en el mundo, pues dependemos de los otros, y no vale decir que los otros nos hacen la vida imposible si no tratamos de comprenderlos. La “otredad” no es otra cosa que enfrentarnos con nosotros mismos. Si fuéramos ermitaños, no seríamos capaces de comprendernos; de hecho, ni siquiera identificaríamos lo que nos gusta o nos molesta. El otro es nuestro espejo; a través de las demás personas podemos saber qué lugar del mundo ocupamos. La convivencia con nuestros congéneres nos lleva a descubrir los aspectos luminosos y oscuros de nuestra personalidad.
Nuestro compañero de pupitre, de trabajo, de piso, nos ayuda a conocernos; nos confronta con miedos y deseos. Nuestra pareja, esa que hemos elegido para compartir la vida, no sólo nos complementa sino que colabora en nuestra conformación como individuos. Pero hay que aceptarlo: hay personas que nos resultan conflictivas, que nos inspiran desconfianza, que nos llevan hasta el límite. Sin embargo, no tenemos que descartarlas, porque no es conveniente eludir los problemas y porque nos ayudan a desarrollar la resiliencia, la tolerancia y la compasión. Estas son algunas formas de tratar con personas conflictivas desde un lugar positivo:
Debemos tratar de entender al otro; escuchar lo que nos dice, y no hacerlo a la defensiva sino con comprensión para infundirle confianza y tranquilidad.
Hay conversaciones que se convierten en discusiones y que no llevan a nada. A veces simplemente es imposible hablar, más si se trata de defender una postura o si se intenta convencer al otro. Antes de que la situación se salga de control y empeore o se convierta en un riesgo, hay que detenerse y reflexionar sobre lo que está pasando. El silencio a veces es la forma más clara de la comunicación.
Hay que recordar una situación similar en la que nosotros éramos los conflictivos; seguramente nos ha pasado más de una vez. Ponerse en el lugar del otro nos ayudará a tratar con él o ella. Además es una forma de respeto, de camaradería y de humanidad.
No hay que tratar de ocultar la verdad ni los sentimientos, ni hay que ser condescendiente con los demás. No podemos cambiar "por el otro", ni intentar cambiarlo. Hay que encontrar un punto de sana convivencia, o bien, alejarse si eso no es posible.
Todas las personas merecen la oportunidad de ser escuchadas y comprendidas; las personas conflictivas también. Hay que tratarlas con el respeto con que queremos ser tratados. No podemos evitar a la gente conflictiva, no van a desaparecer. Pero tal vez podamos enseñarles que hay otras formas de relacionarse con la gente y con el mundo.
¿Te ha tocado convivir con personas especialmente conflictivas? Quizá, de ahora en adelante, estas estrategias puedan hacerlo más sencillo.
Contenido cortesía de harmonia.la