Hay veces en que, a pesar de no haber realizado ningún esfuerzo, de pronto te sientes con cansancio, fatiga o desgano, por lo que no sólo te resulta difícil realizar tus actividades diarias, sino que incluso salir de la cama se vuelve una proeza. Además, te sientes abrumado hasta por las tareas más pequeñas y te invade una sensación de cansancio general por la cual preferirías tirarte a dormir todo el día si pudieras.
Si te sientes identificado con esto, es posible que tengas agotamiento mental, el cual ocurre con mayor frecuencia cuando atraviesas una etapa de estrés alto o inusual, por lo que es probable que las principales hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) se aceleren la mayor parte del tiempo en tu cuerpo y eso es lo que te hace sentir agotado todo el tiempo. Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar a reducir el estrés que ocasiona el agotamiento para que recuperes tu energía.
Tu mente está constantemente asimilando contenido que es estimulante o negativo. Esto puede agotar tu procesamiento emocional y cognitivo, además de interferir con hábitos saludables como el sueño. Tomar un descanso del contenido interminable y el tiempo frente a la pantalla ayudará a regular los neurotransmisores y reducir el estrés.
La calidad del sueño puede tener un impacto significativo en la energía, el procesamiento cognitivo, el bienestar emocional y la salud en general. Considera tomarte un tiempo cada noche para realizar alguna actividad que te ayude a relajarte y a poder dormir mejor, como meditar un poco, escuchar música tranquilizante, hacer ejercicios de respiración, etc. También es recomendable que guardes los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarte y uses ese tiempo para practicar algún ejercicio de atención plena.
La productividad muchas veces está mal entendida y es sobrevalorada. Es cierto que debemos ser responsables y cumplidos en el trabajo y las actividades en casa, pero el mundo no se va a acabar si haces una pausa cada cierto tiempo para tomar un respiro, estirar las piernas y relajarte un poco.
Tomarte unos minutos entre diferentes actividades y tareas puede ayudarte a mejorar tu atención y contribuir a sentimientos de motivación y emociones positivas, además de darle a tu mente y cuerpo algo de tiempo para recalibrar.
Dedica tiempo todos los días para el cuidado personal, como el ejercicio regular, contactar con al menos una persona al día, hacer una práctica de gratitud o estar al aire libre (de preferencia donde puedas tener contacto con la naturaleza, como un parque). Estas actividades se sentirán refrescantes para tu mente y ánimo y pueden aumentar las sustancias químicas buenas en tu cuerpo, lo que ayuda a aliviar los síntomas del agotamiento mental.
El agotamiento mental a menudo se pasa por alto como una parte normal de la vida, pero es cualquier cosa menos "normal". Así que trabaja para reducir las actividades agotadoras y aumentar las actividades que recargan tu energía y te hacen sentir feliz. Es importante reemplazar lo que te agota con combustible que te da energía.
Dichas actividades energizantes dependen de cada uno y pueden ser cosas como disfrutar de una nueva película, bailar o cantar con tu música favorita, llamar a un amigo para ponerse al día o pedir comida deliciosa para la cena. Si estás buscando resultados más inmediatos, eliminar el factor estresante te ofrecerá el mayor alivio. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero no pierdes nada con intentar y poco a poco ayudarás a mejorar tu salud a largo plazo.
Y si tu estrés se debe a cosas que no puedes controlar, como el carácter de tu jefe, la ineficiencia de tus compañeros de trabajo, etc., entonces no te enfoques en la causa, sino en la forma en que reaccionas a esas personas o situaciones. Concéntrate sólo en lo que está en tus manos hacer y deja que los demás se dediquen a lo suyo, pues al cambiar positivamente tu respuesta al estrés puedes experimentar más alivio.
Si a pesar de probar con estas recomendaciones el agotamiento mental persiste o empeora, si interfiere con tu funcionamiento diario y tu calidad de vida y si no estás seguro de qué hacer para comenzar a sentirte mejor, lo ideal es que busques ayuda profesional con un terapeuta o psicólogo.
Si un ser querido está experimentando agotamiento mental, hazle saber que estás allí y que siempre puede comunicarse contigo si necesita hablar con alguien. También puedes animar a esa persona a buscar ayuda profesional si la situación se vuelve algo que no puede manejar por sí misma.
El agotamiento mental es algo muy común hoy en día, pero afortunadamente es algo que tiene solución, y lo mejor es que la mayor parte de esa solución está en tus manos. Reflexiona sobre cómo usas y administras tu tiempo y haz de tu salud física, mental y emocional una prioridad. Esto y las recomendaciones previas te ayudarán a dejar atrás el agotamiento y recuperar tu energía.
