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La ruta de Frida y Diego: 5 museos para recorrer el legado cultural que nos heredaron

Arte

Por: Monse Aguilar - 04/11/2022

Desde sus pinturas hasta edificios con arquitectura única, Diego y Frida nos heredaron su amor por México

Diego Rivera y Frida Kahlo no sólo legaron su talento a través de sus obras. También dejaron al pueblo de México recintos donde se puede conocer el profundo afecto que le tenían a la cultura mexicana. Por eso, estos museos no sólo nos trasladan a sus pinturas sino que son la puerta para ver el arte y la cultura a través de los ojos de ambos artistas.

 

Museo Frida Kahlo (Casa Azul) 

El Museo Frida Kahlo, mejor conocido como "la Casa Azul", es un recinto en los alrededores de Coyoacán que alberga objetos, bocetos y algunas prendas icónicas de la artista. Esta casa convertida en museo por los deseos de Frida fue el hogar de su padre (quien le heredó la propiedad) y donde ella pasó sus últimos años de vida. La arquitectura de la casa también es un símbolo de la inspiración de Frida y su amor por México. El diseño museográfico es del tabasqueño Carlos Pellicer, amigo muy cercano a la pareja. Sin duda, un lugar imperdible en la Ciudad de México. 

 

Museo de Arte Moderno

El Museo de Arte Moderno (MAM) es un recinto ubicado en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec. Este museo resguarda una de las obras más importantes de Frida: Las dos Fridas, además de una colección de obras de autores como José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros que, en conjunto, forman un recorrido visual por el maravilloso auge del muralismo mexicano. 

frida_kahloFoto: Flickr

 

Museo Diego Rivera-Anahuacalli

El Museo Diego Rivera - Anahuacalli, fue pensado por el artista "como una pieza arquitectónica que une el pasado, el presente y el futuro al entorno natural". En el museo se exhiben más de mil figuras teotihuacanas, olmecas, toltecas, nahuas, zapotecas y del noroeste de México que el artista coleccionó durante años. De hecho, gran parte de su vida se dedico a recuperar estas piezas invaluables de subastas y mercados de exportación. También se exhiben los bocetos para distintos murales que Rivera elaboró, donde destaca el boceto del mural que pintó para el Centro Rockefeller y que fue destruido por ser una alusión al comunismo. 

riveraFotografía: 101 Museos

 

Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo

La arquitectura de este lugar corrió a cargo del famoso pintor y arquitecto Juan O' Gorman, quien en 1931 entregó una estructura arquitectónica funcionalista, (de las primeras en América Latina). El espacio estaba pensado como una casa-estudio para Diego y otra para Frida. Si embargo, fue muy poco el tiempo el que ambos compartieron en este espacio, pues Frida volvió a la Casa Azul. Por el contrario, Diego Rivera habitó esta casa hasta el día de su muerte. Actualmente el museo resguarda su colección de judas y calaveras y parte de su colección de arte prehispánico y artesanía mexicana.

Fotografía: adrián alva / Unsplash

 

Museo Mural Diego Rivera

En 1947 Diego Rivera pintó Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central con la ayuda de los artistas Rina Lazo y Pedro A. Peñaloza. El mural, compuesto por tres secciones relata la historia de México desde la colonia, la independencia y la revolución. El escenario en que todos los personajes del mural confluyen es la Alameda Central, el parque más popular de la Ciudad de México. Aunque la Alameda Central ha sufrido muchos cambios respecto de su diseño original, puedes visitar el mural y tratar de imaginar los escenarios populares que inspiraban a Diego Rivera a pintar la vida del pueblo. 

alameda_inba

 

Bonus* Museo Dolores Olmedo

Como extra, también te recomendamos el Museo Dolores Olmedo, esperando que muy pronto vuelva a abrir sus puertas para poder disfrutar de las importantes obras de ambos autores. Además, no hay que perder de vista que próximamente se inaugurará un pabellón cultural en Chapultepec donde se trasladarán algunas obras en resguardo de este fideicomiso, así que serán dos recintos por conocer. 


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Imagen de portada: Frida y Diego, 1931