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Adicción a las selfies, síntoma de nuestra época: 16 mueren en tormenta eléctrica en la India

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 08/07/2021

Jóvenes que intentaban tomarse una selfie murieron en Jaipur en medio de una tormenta eléctrica

Vivimos en un mundo en el que una gran parte de la juventud aspira, cada vez con menos sobresaltos, a convertirse en influencers. Las redes sociales son aceptadas ya como segunda naturaleza, como el espacio natural de interacción. La autopromoción, la edición de nuestras vidas y la explotación utilitaria de las herramientas digitales para alcanzar mayor estatus son cosas que cada vez más empiezan a verse como normales y éticamente neutrales. Ciertamente existe una crítica por parte de la clase intelectual, pero las nuevas generaciones la ven como la neurosis de la edad -o de la incomprensión o de la falta de destreza para manejar estas "maravillosas" plataformas-. 

Uno de los síntomas de este problema es la búsqueda patológica de experiencias extremas para fotografiarse, no para transformarse como individuo. Lo que se caza son likes y la belleza de los lugares es sólo el medio con el cual se consiguen. Italo Calvino anticipó este fenómeno en un libro de relatos llamado Amores difíciles:

La línea entre la realidad que es fotografiada porque nos parece bella y la realidad que nos parece bella porque ha sido fotografiada es muy estrecha. En el minuto en el que dices algo como "Ah, ¡qué hermoso! Debemos fotografiarlo!" ya estás muy cerca de la visión de la persona que cree que todo lo que no es fotografiado se pierde, como si nunca existiera, y que, para realmente vivir, debes fotografiar lo más que puedas, y para fotografiar lo más que puedas, entonces, debes vivir de la forma más fotografiable posible, o de alguna forma considerar fotografiable cada momento de tu vida. Lo primero lleva a la estupidez; lo segundo lleva a la locura.

Lamentablemente este fenómeno está especialmente difundido en la India, un país con una enorme cultura que está siendo desarraigado y seducido por las ideas occidentales. 

La India se encuentra actualment en un periodo de lluvias, a la mitad del monzón. Hace unos días un grupo de jóvenes falleció en la ciudad de Jaipur, en el norte del país. Alrededor de veintisiete personas subieron a una torre para avistar una tormenta eléctrica; cuando el rayó impactó, varias de ellas saltaron al piso. El incidente dejó dieciséis muertos. Según los reportes, la mayoría eran jóvenes en busca de una imagen espectacular.

Las fuertes tormentas eléctricas dejaron además otros nueve muertos en el estado de Rajasthan, donde está la ciudad de Jaipur, conocida por su intrincada arquitectura y sus bellas fachadas rosas. Más muertes ocurrieron en el estado de Uttar Pradesh. 

El incidente ha desatado cierta controversia debido a la actividad que realizaban los jóvenes indios durante el accidente, la cual es percibida como banal. Anteriormente se han reportado numerosas muertes y accidentes en la India en circunstancias comparables: jóvenes en situaciones de peligro en busca de una selfie que les asegure numerosos likes. Por ejemplo, hace un par de años un joven indio murió luego de que un oso lo atacó cuando intentaba tomarse una selfie con él.

Muerte por selfie parece describir una de las condiciones generalizadas de nuestra época, en la que el narcisismo de las redes sociales y el deseo de explotar la imagen personal para obtener estatus son fuerzas dominantes. La India es uno de los países con mayor penetración de las redes sociales y se caracteriza por un especial fanatismo con respecto a las selfies.

Por otro lado, es indudable que lo sucedido es una tragedia y es quizá poco sensible culpar a los jóvenes de este enorme infortunio. El primer ministro Narendra D. Modi anunció que habrá compensaciones económicas para las familias que perdieron a sus hijos en este trágico disparo del vajra, el rayo, que es también el arma del viejo dios Indra.

En el caso de una tormenta eléctrica, las autoridades recomiendan alejarse del agua y no refugiarse debajo de árboles solitarios. Es conveniente entrar a una casa o a un edificio (pero no salir a la azotea o al techo). No se considera necesario sugerir no tomarse selfies, pues es parte del sentido común. Pero en nuestra sociedad empieza a ser imprescindible decir, con cierta contundencia, lo obvio. 


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Imagen de portada: Piqsels