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'Coronation' es el nuevo trabajo documental del reconocido artista y activista chino Ai Weiwei: un excelente retrato sobre Wuhan y sus habitantes durante la cuarentena impuesta por la pandemia de coronavirus

Como ya hemos dicho en artículos anteriores, la pandemia de la covid-19 no sólo ha tenido impactos en la salud de las personas, sino que también ha profundizado las crisis (sociales, económicas y de otro tipo) en las que muchos países han vivido en la última década. Uno de los principales problemas que se han evidenciado a raíz de esta pandemia son las malas condiciones de los sistemas de salud, que al encontrarse con un nuevo virus vieron rebasados todo tipo de recursos: médicos especialistas, enfermeras, camas disponibles, personal de limpieza, ventiladores, etc. (Judith Butler, por ejemplo, dijo hace poco que la covid-19 nos ha echado en cara la desigualdad en que vivimos).

Con el paso de los días y las semanas se ha comprendido más acerca de cómo se comporta este virus. Contrario a lo que muchas personas piensan (y se empeñan en afirmar), el virus no provoca sólo “una gripa como cualquier otra”. Las consecuencias son más graves de lo que inicialmente se creía. Sin embargo, nada de esto significa que otras enfermedades hayan perdido importancia, como el cáncer, el VIH, la tuberculosis, la malaria, el dengue y aun ciertas adicciones. Todas ellas sin duda son relevantes y merecen también seguir siendo investigadas y tratadas de manera adecuada, pero dado que la covid-19 se convirtió en una pandemia, hizo también mucho más evidente la profunda desigualdad social y económica que existe en el mundo. 

En ese sentido, en varios países del mundo han surgido muestras de inconformidad por la manera en la que las autoridades gubernamentales han manejado la pandemia. Por ejemplo, el caso de Estados Unidos que ha registrado más de cien mil muertes. O el caso de Brasil, en donde Jair Bolsonaro no ha destinado los recursos suficientes para hacer frente al gran número de personas contagiadas que no tienen acceso a un sistema de salud digno.

En contraste, en China, el país más poblado del planeta, a la fecha han ocurrido únicamente 4 715 muertes. 

Es en este contexto que el artista y activista chino Ai Weiwei realizó un angustioso documental que retrata varias aristas desde distintas perspectivas sobre cómo se ha vivido la pandemia en Wuhan, China, la ciudad que registró el primer contagio de este virus. Mientras se encontraba en Europa, Weiwei organizó a un grupo de de cineastas aficionados que filmaron las imágenes más impresionantes y surreales de Wuhan. 

Esta película es el primer largometraje documental sobre el coronavirus, un trabajo que fue hecho más rápido de lo normal, ya que fue filmado y editado en unos cuantos meses. Dicha premura significó para Ai Weiwei sacrificar la meticulosidad por la que es reconocido. 

Para bien o para mal, las medidas de vigilancia (a veces extremas) han controlado y mitigado el número de contagios entre la población china. La capacidad de organización del gobierno chino permitió que robots de limpieza se encargaran de mantener las calles limpias, y también nos asombramos con la rapidez de instalar hospitales provisionales para atender a todas aquellas personas que presentaban síntomas para ser rápidamente atendidas. 

Este bello trabajo sigue las historias de algunas personas, sus experiencias durante la cuarentena, sus opiniones, sus sentires. El documental es un testimonio de las tensiones que existen entre el individuo y el Estado. En especial, la tensión que existe entre la libertad individual y la seguridad que debe ser garantizada por los aparatos estatales. 

Coronation está disponible para todo el mundo a través del sitio de Ai Weiwei, en este enlace.

 

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