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Aunque fue realizada en 2013, la serie "Los Intocables" del cubano Erik Ravelo ha revivido en estos días en que la crucifixión es un símbolo sumamente presente.

La crucifixión es el símbolo dominante en estos días, sobre todo en países de marcada herencia católica y cristiana. Quizá por eso ha revivido en Internet (en particular en las redes sociales) la campaña Los intocables que el artista cubano Erik Ravelo dio a conocer en 2013.

Las imágenes presentan a 7 niños crucificados en los cuerpos de adultos que, a su vez, simbolizan igual número de crímenes en los que los menores son las primeras y más sensibles víctimas: la pederastia de los sacerdotes, el turismo sexual, la guerra, el tráfico de órganos, el tráfico de armas, el mal manejo de la energía nuclear y la voracidad de las grandes empresas de comida chatarra.

Sin duda el símbolo es poderoso, pues más allá de las implicaciones de salvación que tiene en el universo cristiano, lo cierto es que la cruz es sobre todo una forma de tortura. A pesar de los muchos discursos al respecto, lo cierto es que los niños continúan siendo un sector de la población desprotegido, lo mismo en países “desarrollados” que en los más atrasados, objetivos de la codicia que todo lo marchita.

Ravelo fue también el artífice de Unhate, una polémica serie de fotografías manipuladas digitalmente para mostrar a líderes políticos y religiosos besándose (por ejemplo, el papa Ratzinger besando al imán Ahmed Mohamed el-Tayeb), campaña realizada para la fundación de la marca United Colors of Benetton.