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México, atrapado entre desigualdades: educación, salud y oportunidades al margen de la competitividad global

Sociedad

Por: Yael Zárate Quezada - 07/07/2025

México figura entre los países con mayor desigualdad en educación, salud y oportunidades, de acuerdo con el más reciente ranking del IMD y en este contexti, América Latina concentra las mayores brechas estructurales del mundo.

La desigualdad en México no es un dato nuevo, pero las cifras recientes del Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD) con sede en Suiza vuelven a encender las alertas, pues en la edición 2025 de su Clasificación Mundial de Competitividad, el país aparece entre los diez con mayores desigualdades del planeta en rubros clave como educación, atención médica y acceso a oportunidades.

De acuerdo con el informe, México ocupa el tercer lugar global en desigualdad educativa y de atención médica, un sitio alarmante que comparte con naciones como Chile, Perú y Venezuela. Le sigue una cuarta posición en desigualdad social y un noveno lugar en falta de igualdad de oportunidades. Incluso en lo político, el país se ubica en el décimo puesto en cuanto a polarización, un síntoma de las fisuras que atraviesan el tejido nacional.

Pero la paradoja es inquietante, y es que aunque México aparece mal posicionado en términos de justicia social, se encuentra entre los países con menor percepción de división étnica o cultural, con apenas un 22.9% de su población viendo estas diferencias como fuente de fragmentación. En contraste, Rumania, Corea del Sur y Hungría presentan cifras similares. Esto sugiere que, en México, la brecha no se traza por el origen ni la cultura, sino por el acceso (o la falta de él) a servicios esenciales.

Latam ¿la región con más brechas?

El IMD advierte que América Latina sigue siendo la región más golpeada por las brechas estructurales. Las estadísticas indican que en Chile, 62.5% de las personas señalan la desigualdad en educación y salud como una preocupación seria; en Perú, el 60.2%; y en México, el 57.3%. Estos porcentajes reflejan una desconfianza hacia las instituciones y una percepción generalizada de que el sistema no alcanza a todos por igual.

La disparidad en oportunidades económicas también es evidente cuando se observa a los países mejor posicionados. Dinamarca e Islandia, con solo 11.1% y 14.5% respectivamente, aparecen como ejemplos de cohesión social gracias a mercados laborales sólidos y políticas públicas redistributivas. El informe también destaca a Canadá, España y Suiza como territorios donde la confianza en el acceso al empleo y a la seguridad económica se mantiene firme.

En México, en cambio, el acceso desigual a la educación y la salud no solo limita la movilidad social, también debilita la estructura democrática y genera entornos más propensos al conflicto. Servicios públicos como estos deberían ser motores de integración y cohesión; sin embargo, en muchos casos, se convierten en barreras para quienes nacen lejos del centro económico y político del país.

La lectura que propone el informe es que sin instituciones sólidas ni políticas equitativas, las desigualdades seguirán profundizándose. Y aunque los discursos oficiales insistan en el progreso, los datos globales vuelven a recordarnos que el desarrollo no puede medirse solo en crecimiento económico, sino en la capacidad de un país para ofrecer condiciones dignas a todos sus habitantes. 


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Imagen de portada: Ricardo Vitela