Este es el significado esotérico del Minotauro, según Juan-Eduardo Cirlot
Libros
Por: José Robles - 05/27/2022
Por: José Robles - 05/27/2022
El Minotauro es una las criaturas mitológicas más conocidas y, curiosamente, más fáciles de identificar. Aun con tratarse de un ser imaginario, muchos tenemos en la mente su aspecto, sus rasgos e incluso otros detalles como su devenir y la historia a la que pertenece.
Con todo, como ocurre especialmente con las mitologías antiguas, la invención es también metáfora de una realidad mucho más amplia. Dicho de otra manera: la criatura imposible sintetiza más bien decenas de símbolos, rituales y otros elementos sagrados que forman parte de la cultura que la imaginó.
Para ofrecer un atisbo de esa riqueza de significados (lamentablemente, en buena medida inaccesible hoy en día), transcribimos a continuación la entrada que Juan-Eduardo Cirlot dedicó al Minotauro en su Diccionario de símbolos, sin duda una de las obras más valiosas en la historia de la mitografía. Veamos.
Minotauro
Monstruo fabuloso medio hombre (en la parte inferior) y medio toro. Para encerrarlo se construyó el Laberinto de Creta. Siendo carnívoro, y por haber sido vencidos los atenienses, veíanse obligados a mandar, cada siete años, siete jóvenes y siete doncellas para que le sirvieran de alimento. Tres veces fue pagado este tributo; a la cuarta, Teseo mató al minotauro, ayudado por Ariadna y su hilo mágico. Todos los mitos y leyendas que aluden a tributos, monstruos y héroes victoriosos exponen a la vez una situación cósmica (la idea gnóstica del mal demiurgo y de la redención), social (el Estado dominado por un tirano, una plaga, un estamento enemigo) y psicológica colectiva o individual (predominio de la parte monstruosa del hombre, tributo y sacrificio de lo mejor: ideas, sentimientos, emociones). El minotauro expresa casi el escalón final en la gama de relaciones entre la parte espiritual y la animal humana. El dominio neto de la primera sobre la segunda está simbolizado por el caballero; el prevalecimiento de la segunda, por el centauro con cuerpo de caballo o de toro. La inversión que da a la cabeza la forma de animal y al cuerpo de la persona lleva a las últimas consecuencias ese predominio de lo inferior. De otro lado, el número 7 (dragones de siete cabezas, siete años, siete jóvenes) concierne siempre a la relación de la serie esencial (días de la semana, dioses planetarios, planetas; ciclos o pecados capitales y virtudes contrapuestas). Vencer a un monstruo de siete cabezas es dominar las influencias malignas de los planetas (identificación con los instintos y fuerzas inferiores).
Citamos la tercera edición del Diccionario publicada por Editorial Labor en 1979, en Barcelona.
Como vemos, Cirlot ofrece algunas sugerencias valiosas sobre el simbolismo esotérico del Minotauro, más allá de la narración sobre su origen y su destino.
De este modo, el autor nos invita a mirar de otra manera a la criatura, no sólo desde la fantasía y el asombro sino desde su significado profundo. Un poco a la manera de Simone Weil, que una vez escribió:
Un método para comprender las imágenes, los símbolos, etc.: no tratar de interpretarlos, sino simplemente mirarlos, hasta que brote de ellos la luz.
