¿Qué es el metaverso? El universo virtual al cual Facebook quiere escapar
Medios y Tecnología
Por: Joaquín C. Bretel - 11/06/2021
Por: Joaquín C. Bretel - 11/06/2021
Facebook anunció hace unos días su apuesta por lo que llama el metaverso, incluyendo un cambio de nombre que refleja esta iniciativa. La empresa fundada por Mark Zuckerberg, que engloba a marcas como Instagram, WhatsApp y Oculus, entre otras, ahora se llamará Meta. Facebook, la red social virtual, seguirá llamándose así pero dejará de ser la compañía madre y se convertirá en una empresa más del conglomerado.
Más allá de la intención de Zuckerberg, habrá que ver si el público aceptará este cambio. Casos anteriores muestran que no siempre el nuevo nombre se adhiere a la mente de los usuarios. Hace unos años Google cambió su nombre a Alphabet, pero la mayoría de la gente sigue refiriéndose al conglomerado como Google. También recientemente, en una decisión que algunos han comparado con la actual de Facebook, en medio de acusaciones y escándalos, la tabacalera Phillip Morris cambió su nombre a Altria. Pocos conocen el nombre de Altria actualmente (nombre que busca asociarse con el altruismo) y, sin embargo, algunos expertos señalan que el cambio de alguna manera logró disminuir la presión pública que estaba recibiendo la empresa.
El nombre que ha elegido Facebook, Meta, es un sufijo de origen griego que significa "más allá". Este nombre puede leerse como la intención de escapar del presente -el cual no es muy agradable, ni para Facebook ni para la humanidad- hacia un más allá, en este caso, la realidad virtual. El nombre fue asociado -no sólo por Facebook- con una nueva iteración del internet que plantea asimilarse ubicuamente al espacio físico y aumentar la calidad inmersiva de la experiencia. La palabra "metaverse" aparece en la aclamada novela de ciencia ficción distópica de 1992, Snow Crash, de Neal Stephenson. El metaverso es allí una simulación de la realidad a la que se accede a través de tecnología. La novela retrata un futuro decadente en el que las corporaciones controlan largas extensiones de territorio (ciudades como Los Ángeles, por ejemplo, ya no son de Estados Unidos, sino de una corporación). Narra el colapso de la organización en Estados-nación y presenta un sistema que puede llamarse anarcocapitalismo. También caricaturiza el llamado "capitalismo de vigilancia": hay individuos llamados "gárgolas" que trabajan recopilando datos, pero en vez de una laptop "usan sus computadoras a lo largo de su cuerpo" y se dedican a vigilar y registrar lo que ven. En esta sociedad, el metaverso es un espacio virtual alternativo en donde prolifera el crimen y los ricos acceden a avatares superiores y espacios exclusivos. La trama versa sobre un virus creado por sacerdotes sumerios para alterar el ADN de los seres humanos y hacerlos vulnerables al control mental, inyectado al metaverso. Seguramente, esta es una imagen muy distinta de la que Facebook quiere crear en su propio metaverso.
Facebook presentó su visión del metaverso en su conferencia anual de nuevos productos Facebook Connect. Muchos analistas remarcan que la coyuntura de la presentación responde a los escándalos y cuestionamientos que ha sufrido la empresa en los últimos meses. Hace unas semanas su exempleada Frances Haugen denunció que la empresa ha dado prioridad a los ingresos económicos por sobre el bienestar y la seguridad de los usuarios. Entre las filtraciones de Haugen —lo que se conoce como los Facebook Papers— destaca que Facebook tenía información de que una de cada tres niñas adolescentes dijeron sentirse peor sobre su imagen corporal después de conectarse a Instagram. Aunque la empresa circuló un documento en el que se reconocía este asunto ("Hacemos que los problemas de imagen corporal sean peores en una de cada tres adolescentes"), no se tomó ninguna medida. Según la evaluación que hicieron, las medidas que podrían reducir los daños psicológicos implicarían un riesgo de disminuir las interacciones y el tiempo de los usuarios en el sitio.
Asimismo, Haugen reveló que Facebook ha sido usado para esparcir violencia religiosa y discursos de odio en la India, Myanmar y Sri Lanka, así como violencia étnica en Etiopía. En Vietnam, Facebook habría aceptado censurar contenido de disidentes del gobierno. Los documentos de Haugen hacen referencia al uso de Facebook por parte de organizaciones terroristas y criminales, incluyendo reclutamiento por parte de cárteles mexicanos. Haugen atribuye las falencias de Facebook a que sus medidas han estado orientadas a paliar las críticas que han surgido en países anglosajones, pero no ha tenido tiempo o voluntad para regular el contenido generado en países en los que no se habla inglés y que no tienen tantos reflectores.
Los analistas leen la apuesta de Facebook por el metaverso como un intento de atraer a una población más joven, pues ahora los menores de 22 años pasan menos tiempo en esta red social, que compite con sitios como TikTok. Facebook planeaba crear un Instagram para niños, pero ante las críticas, declinó el proyecto. Con una orientación al juego y al fitness, el metaverso podría ser atractivo para jóvenes que quieren socializar más su gaming y se sienten preocupados por su salud o apariencia física y quieren usar nuevas herramientas para ejercitarse.
El metaverso es la propuesta de Facebook (ahora Meta) para mejorar el internet y crear un espacio más atractivo e inmersivo para la interacción social digital. Facebook competirá con compañías como Google, Microsoft, Samsung, Amazon y otras en el dominio de un internet inalámbrico en el que se integrarán las tecnologías de realidad virtual, realidad aumentada y realidad mixta a espacios virtuales compartidos en 3D. En su presentación, Zuckerberg llamó a esto "el sucesor del internet móvil" y lo describió como "un internet encarnado" (embodied Internet). En el futuro las personas "se reunirán en el metaverso para trabajar, aprender, comprar y jugar", dijo.
Según Zuckerberg, la misión global de su empresa siempre ha sido conectar a las personas y enriquecer la socialización humana. En este sentido, la tecnología actual basada en pantallas tiene claras limitaciones, por lo cual es necesario un salto de innovación tecnológica que mejore la experiencia en línea. En consonancia con su eslogan interno "move fast, break things", Facebook contratará a miles de personas y fomentará una industria de "creadores" con los que diseñará esta realidad paralela. Zuckerberg enfatizó que uno de los elementos esenciales del metaverso será brindar más facilidades para comercializar productos. Los creadores podrán hacer espacios y objetos virtuales para vender, a la par de integrar las funcionalidades que ya tiene el internet para adquirir al instante objetos del mundo real. La visión de Zuckerberg y otros involucrados en la carrera del metaverso podría ser la manifestación más radical del capitalismo digital: un lugar donde ya no hay que producir objetos físicos y todo está en venta. En uno de los clips vemos cómo dos amigas van a un afterparty y adquieren nuevas prendas de moda inmaterial para sus avatares.
En su presentación, que parecía una animación de Pixar, Zuckerberg y su equipo -eminentemente diverso, representando a las minorías con gran ahínco- alabaron las posibilidades que se abren con el metaverso. Allí las personas podrán tener diversos avatares: uno más realista para reuniones de trabajo, uno más idealizado para reuniones con amigos (llevando quizá los filtros de Instagram a la apoteosis) y uno de fantasía para gaming y juegos de rol. La gente podrá crear un hogar idealizado con vista a "aquello que consideren más bello en el mundo", lo cual sugiere que el metaverso podría aumentar la calidad estética de la experiencia humana. Estas creaciones formarán parte del metaverso que, de acuerdo con Zuckerberg, "construiremos juntos", y desatarán una nueva era de creatividad y empoderamiento a través de la autoexpresión. Cada uno podrá reflejar sus emociones o estados de ánimo a través de ambientes, atmósferas y ropa, e incluso modificando su cuerpo. Las posibilidades son prácticamente ilimitadas.
Zuckerberg señaló reiteradamente que la finalidad de este proyecto es aumentar "la presencia". Esto es, la sensación de realmente estar con alguien en un espacio tridimensional y que las percepciones sensoriales no palidezcan frente a la realidad. Incrementar este coeficiente de presencia, que por el momento es insuficiente en plataformas como Zoom, permitiría mejorar la conexión humana. Una mayor "presencia" puede mejorar la experiencia de una actividad en línea, ¿pero hasta qué punto ello nos haría más complacientes y nos llevaría a abandonar actividades que haríamos físicamente? Esta es una de las críticas que se han hecho a sitios como Facebook: ¿realmente conectan más a las personas? ¿O ese más es solamente un indicador de cantidad que aumenta en proporción inversa a la calidad de la conexión?
Al aumentar la "presencia", es lógico pensar que se incrementará el poder de la tecnología para captar la atención de los usuarios. Desde hace años vivimos en lo que varios analistas, siguiendo al Premio Nobel Herbert Simon, han llamado "la economía de la atención". La economía digital se expande por un terreno aparentemente ilimitado -la información-, pero la información, teóricamente infinita, consume un recurso finito: la atención humana, combustible de la economía actual. Es probable que la crisis psicológica global de las últimas 2 décadas tenga que ver con el uso indiscriminado de las redes sociales, los videojuegos o la pornografía en línea. Zuckerberg respondió a esto diciendo que su intención no es aumentar el tiempo que las personas pasan en línea, sino la calidad del mismo. Ello resulta dudoso, pues parte del atractivo del metaverso será la posibilidad de hacer cosas que no se hacían en línea, socializando las compras, los juegos, el bienestar físico y el aprendizaje.
Una caricatura publicada en The Guardian muestra a Zuckerberg vestido como el Sombrerero Loco de Alicia en el país de las maravillas, tomando té y conectado a su headset de realidad virtual mientras el mundo, entre incendios y otros desastres climáticos, está reducido a un desierto invivible.
Bloomberg señaló que el resultado del "brandwashing" de Facebook está por verse, pero por ahora podría haber funcionado para "evitar la catástrofe".
El New York Times se refirió a la presentación de Meta como "la salida de emergencia de Facebook", aludiendo al momento crítico que vive la empresa. Sin embargo, sugirió que esta movida podría disminuir la presión de la opinión pública y del poder legislativo estadounidense.
El sociólogo, filósofo y activista climático Bruno Latour hizo énfasis en el "escapismo" de los gigantes de la tecnología y dijo en Twitter:
Mal momento: anunciar justo cuando el COP26 está por abrir que en lugar de escapar a Marte, deberíamos descargar nuestra conciencia al META-verso. Si queremos aterrizar en la Tierra, el nombre del juego debería ser más bien INFRA. 'Ser infra o meta, esa es la cuestión'.
El sitio Slate aludió a los problemas de privacidad y comercializacion de la información que podría implicar el metaverso. Para crear espacios virtuales se requiere de sensores que registran movimientos y señales biométricas de los usuarios, lo cual supone una masiva (y cada vez más valiosa) suma de datos personales y preferencias. El metaverso sería entonces:
el máximo intermediario informativo: proveyendo un caudal cuidadosamente curado y enteramente monetizado de información y experiencia a los usuarios, con base en sus intereses, interacciones y, literalmente, lo que hace que sus corazones latan. Significa un incremento en el bucle de retroalimentación entre la vigilancia y la publicidad que es el núcleo del modelo de Facebook. Cuando Zuckerberg dice que el metaverso será "persistente y sincrónico" quiere decir "que está siempre encendido y que todo lo graba". Cuando dice "abierto" significa "vinculado a todas tus cuentas y aparatos".
El senador Blumenthal advirtió que el cambio de nombre era una estrategia de distracción que no logrará "borrar años de malas prácticas en lo que respecta a la privacidad, el bienestar de los niños y el esparcimiento de odio".