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El filósofo francés cree que la pandemia es el momento de cambiar de un mundo basado en lo económico a un mundo basado en lo ecológico

Bruno Latour es uno de los filósofos más influyentes de la actualidad. Entre otras cosas, se le conoce por exponer cómo la ciencia produce conocimiento no de manera enteramente objetiva, sino sujeta a presiones políticas e ideológicas. Latour, además de ser una voz líder en la filosofía contemporánea, es uno de los más importantes teóricos de la ecología política, con una visión que incluye, necesariamente, la espiritualidad en la ecología.

Recientemente Latour fue entrevistado por The Guardian, con quien platicó sobre el tema de la pandemia. Uno de los insights fundamentales de Latour es que la crisis económica producida por la pandemia debe hacernos reflexionar sobre el modelo económico, notando, por ejemplo, que muchos de los trabajos que tenemos son "basura" y no contribuyen al bienestar:

Lo que se requiere no es sólo modificar el sistema de producción sino salirse completamente del que tenemos. Deberíamos recordar que esta idea de formular todo en términos de la economía es algo nuevo en la historia. La pandemia nos ha mostrado que la economía es una forma muy angosta y limitada de organizar la vida y decidir qué o quién es importante. Si pudiera cambiar una sola cosa, sería salir de este sistema de producción y construir en su lugar una ecología política.

El modelo de ecología política es una forma de arraigamiento basada en la relación y en el sentido que tiene la vida en la Tierra, concebida como algo insustituible. A diferencia de las visiones escapistas de algunos ingenieros, científicos y empresarios que buscan dispararnos al cosmos (como Elon Musk) al tiempo que todo aquí se destruye, Latour presenta la idea de una "zona crítica". La vida existe sólo en esta zona crítica, en un delicado balance, en una relación que se tiene que cuidar:

¿Qué significa para la política si estamos encerrados aquí y no en una cosmología infinita como la abierta por Galileo? Significa que no nos podemos comportar de la misma manera. Significa que no podemos extraer recursos de forma indefinida y hacer a un lado nuestros desechos.

Latour enfatiza la necesidad de una responsabilidad política en torno a la ecología, la cual sólo puede arraigarse a partir de una nueva visión del mundo. Para ello cree que el trabajo de James Lovelock y de Lynn Margulis es esencial, pues muestra que "la Tierra es completamente diferente de otro planeta, pues tiene vida".

La Tierra ha logrado ingeniar esta vida y esto debe entenderse como una capacidad de autorregulación única, un balance delicado en el que todos los seres vivos intervenimos. El virus mismo es prueba de la globalidad e interdependencia de la vida. 

 

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