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Recuperando el legado histórico: INAH descubre nuevas piezas arqueológicas en Xochitécatl, Tlaxcala

Sociedad

Por: Monse Aguilar - 09/28/2021

A través de las labores de conservación y preservación de los sitios arqueológicos, se sigue manteniendo vivo el legado de las culturas prehispánicas de México y el reconocimiento de su valor histórico y social

La zona arqueológica de Cacaxtla-Xochitécatl está ubicada en el estado de Tlaxcala, en la población de San Miguel del Milagro. De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el asentamiento fue erigido sobre la cima del cerro Xochitécatl, adecuando la arquitectura a la topografía del cerro mediante terrazas habitacionales y de cultivo y colocando los monumentos más importantes en la cima, incluyendo la Pirámide de las Flores, la Pirámide de la Serpiente, la Pirámide de la Espiral y el Basamento de los Volcanes.  

Xochitécatl se desarrolló primordialmente durante el periodo formativo (600-100 a. C.). Varios elementos estudiados como el paisaje ritual, las ofrendas de conjuntos de figurillas, los entierros humanos y los elementos arqueo-astronómicos apuntan a la concepción de un centro ceremonial principalmente orientado hacia el culto a la fertilidad y a propiciar lluvias, mediante símbolos transmitidos a través de la imagen femenina.

Las investigaciones arqueológicas realizadas en la sección oriente del sitio (conocida como Cacaxtla) a partir de su descubrimiento en la década de 1970, han develado a una de las sociedades más importantes que se desarrollaron en el periodo epiclásico (650-900 d. C.) de Mesoamérica. Su poderío logró la hegemonía política, militar y económica en gran parte del valle poblano-tlaxcalteca después de la caída de Teotihuacán y Cholula, consiguiendo entablar relaciones comerciales a larga distancia con regiones distantes como la costa del golfo y la cuenca de México. Entre sus vestigios destaca el Gran Basamento, un gran complejo arquitectónico de estructuras superpuestas y adosadas que presentan sofisticadas pinturas murales (únicas en su clase) en el Templo de Venus, el Templo Rojo, el Mural de la Batalla y el Pórtico A. Debido a la necesidad de proteger estas valiosas pinturas, en la década de 1980 se colocó una amplia techumbre de alrededor de 10 000 m2 sobre la sección medular del Gran Basamento.

Actualmente, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México realiza obras de construcción del Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Xochitécatl. Durante los trabajos de conservación que acompañan a la edificación del museo, las y los arqueólogos que laboran en la llamada pirámide circular, ubicada al poniente de Xochitécatl, además de encontrar los peldaños, desplantes y alfardas de la escalinata original de este monumento, hallaron una relevante ofrenda asociada al mismo. Si bien, según comenta la arqueóloga coordinadora del proyecto, Laura Ledesma Gallegos, las anteriores investigaciones definieron a Xochitécatl como un enclave de vocación femenina (opuesto a uno masculino: Cacaxtla), los nuevos vestigios arqueológicos indican la presencia de una sociedad y un gobierno más paritarios, al menos hacia el momento de la colocación de dicha ofrenda en el periodo epiclásico (700-900 d. C.).

Lo anterior, agrega la investigadora del INAH, puede aducirse tras el hallazgo de siete elementos nuevos en la ofrenda, dos de los cuales son figurillas masculinas de 25 cm de alto que acompañan a un par de braseros. Cada una de estas figurillas porta un maxtlatl (taparrabo) pintado de rojo, elaborados tocados, bastones de mando y un rollo de arcilla en la mano, el cual podría representar papel amate.

Con base en los hallazgos se puede deducir que toda la ofrenda es del período epiclásico, salvo una figurilla del periodo preclásico (2500 a. C.-200 d. C.), y esto puede significar la reiteración de un linaje, posiblemente, de sacerdotes o algún tipo de jerarca del asentamiento. Cabe destacar que el resto de las piezas de la ofrenda corresponden a dos vasijas del tipo silueta compuesta, las cuales han sido registradas y resguardadas junto con las figurillas masculinas, con la idea de que puedan incorporarse a la colección del próximo museo de sitio. Sobre los detalles de la ofrenda, Ledesma señala que se localizó en el costado poniente del edificio circular, coincidiendo en su colocación y en su estilo con la temporalidad epiclásica de la escalinata descubierta, además de que evidencia rasgos de la tradición totonaca del golfo de México.

Dado que las exploraciones como las realizadas hace 2 décadas por Mari Carmen Serra Puche confirmaron que en Xochitécatl se produce un salto ocupacional entre los periodos preclásico y epiclásico debido a la ausencia de elementos del clásico, una probabilidad es que esta ofrenda marque el inicio del segundo momento de ocupación del sitio. Se encontró incluso un recubrimiento negro, el cual debió de ser parte de los acabados originales del monumento.

Actualmente, en el campamento asignado a este proyecto se realizan microexcavaciones sobre las vasijas para saber si su contenido corresponde a cenizas u otro tipo de material y si estas pudiesen pertenecer a los individuos representados en las figurillas. Asimismo, se continúa con las acciones al norte del monumento circular donde fue localizada la escalinata original, la cual será consolidada en sus elementos compositivos bajo una propuesta que permita reintegrar sus peldaños y el ascenso hasta la cima de este bien patrimonial de 11 m de altura, sustituyendo así la actual escalinata de metal, ajena a su contexto original.


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Imagen de portada: Museo de Sitio Xochitécatl / Secretaría de Cultura