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Este era el verdadero color de las estatuas griegas y romanas (VIDEO)

Sociedad

Por: José Robles - 07/13/2021

Un equívoco y la idealización del pasado llevaron a creer que los griegos y los romanos usaron el mármol artísticamente sin pintarlo, cuando todo parece indicar que gustaban de colores vivos para sus obras

En el imaginario colectivo, el pasado se nos aparece en ocasiones como teñido con ciertos colores muy particulares. Con cierta ingenuidad hay quien puede creer, por ejemplo, que en la época del cine en blanco y negro la realidad era monocromática. O que la pérdida de colores en algunos objetos que sobreviven de épocas anteriores –vestidos, muebles, fotografías– no se debe al paso del tiempo, sino a que esos tintes opacos eran sus verdaderos colores.

Tal es el caso de la Antigüedad clásica, a la que ahora y desde hace muchos años la mayoría de nosotros imagina casi de un solo color: el blanco marmóreo de sus edificios, monumentos y estatuas.

Sin embargo, al menos en el caso de la antigüedad en Roma, todo parece indicar que las efigies que se esculpieron para celebrar a algún personaje y adornar alguna vía, los templos, las columnas, los arcos y demás, no eran tan blancos como llegaron hasta nuestra época, sino que más bien estaban pintados con colores, algunos muy vivos.

En el video a continuación se explica parte del proceso que llevó a la pérdida de colores.

En parte, esto se debió al paso del tiempo y al hecho de que prácticamente todas esas edificaciones y estatuas se encontraban a la intemperie, expuestas a los elementos. 

Pero no menos cierto es que la idea de una Antigüedad nívea podría ser fruto del equívoco. Cuando durante el Renacimiento se revalorizó la herencia cultural grecolatina, se le elogió y se buscó imitarla, las obras esculpidas y construidas habían perdido ya sus colores. A partir de esto se supuso que los griegos y los romanos habían dejado intencionalmente el mármol con su color original como símbolo de perfección

Pero esto no era más que una suposición, para la cual no había evidencia real. De cualquier modo, artistas como Miguel Ángel la tomaron como verdad y, durante ese periodo decisivo para para el arte occidental, el mármol se usó expresamente con su color original. Esta tendencia –reforzada también por los historiadores del arte, en especial cuando la disciplina se encontraba en formación– se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX, es decir, durante casi cuatrocientos años. No es de extrañar que ante una idea tan fija, ahora todavía se piense que el blanco era el color predilecto de los escultores y arquitectos romanos y griegos.

Saber (o al menos imaginar) que la Antigüedad era en realidad menos blanca de lo que hemos creído hasta ahora no es trivial. Entre otros efectos, nos puede llevar a preguntarnos qué tanto de lo que aceptamos como Historia es una narración contada por ciertas personas desde perspectivas muy específicas, con sus iluminaciones, sí, pero también con sus puntos ciegos. Y que, como todo relato, es susceptible de contarse de otras maneras.


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Imagen de portada: Vox/ YouTube