Una de las maneras más comunes de demostrar que somos capaces de argumentar sobre un tema en específico es a través de un ensayo.
En muchos espacios académicos, una de las formas de evaluación es presentar pequeños ensayos en un examen, también conocidos como “exámenes de preguntas abiertas”. O bien, presentar un ensayo desarrollado en casa sobre un tema muy particular.
Para cualquiera de estas opciones, te compartimos algunos consejos para escribir un ensayo, incluso cuando es durante un examen y a contratiempo.
Lo primero que debes hacer es leer con atención las preguntas sobre las cuales debes desarrollar tu ensayo. A veces los detalles más pequeños son los más importantes y, aunque parezca obvio, hay muchas personas que incurren en equivocaciones por no poner atención a los requisitos, directrices o indicaciones de una redacción a desarrollar.
Primero redacta el tema principal de tu ensayo, esa oración o frase que será el centro de tu texto. Después, ve escribiendo las ideas que se derivan de tu problema central, no importa si de inicio no parecen tener un orden lógico. Si puedes, intenta ordenar tus ideas, jerarquizándolas e identificando aquellas que sí tienen que estar en tu ensayo y otras de las que quizá puedas prescindir.
Ya que tienes muy bien ubicadas tus ideas principales, secundarias y accesorias, pásalas en limpio, esta vez sí conservando el orden. Señala las ideas principales de alguna manera (en negritas, por ejemplo, o con un marcador de color) y las secundarias de otra manera, conservando la misma tipología. En un procesador de textos te puedes ayudar con los formatos Título, Título 1, Título 2, Título 3, etc., que todos tienen, o con las etiquetas h1, h2, h3, etc., del lenguaje HTML.
Conserva este esquema a la vista y consúltalo de vez en cuando, especialmente cuanto sientas que tu redacción comienza a perder el camino.
La mayoría de los ensayos necesitan de fuentes que respalden las ideas que se exponen, ya sea para que te apoyes en ellas, para reafirmar tus ideas o para discutir con ellas. Si bien este punto representa toda una habilidad, estos son algunos consejos sencillos que puedes tomar en cuenta:
Por último, te sugerimos que cuando leas un texto subrayes las citas que crees que puedan apoyarte en tu propio texto. Es importante que tu ensayo incluya citas y referencias bibliográficas y que las refieras correctamente (en caso contrario, puedes incurrir en plagio de ideas).
Si como parte de un examen tienes que redactar un ensayo, tener de manera anticipada posibles temas a desarrollar te ahorrará tiempo. Con los posibles temas de tu interés, también prepara algunas ideas centrales a desarrollar.
Una vez que hayas escrito las ideas principales, ordénalas y desarrolla las que te parezcan más relevantes. Ubica introducción, desarrollo y conclusiones.
Si tienes que contestar más preguntas, es importante que no demores mucho en una misma pregunta.
Es normal que te sientas con el tiempo encima. Si estás en medio de un examen y te atoras redactando, detente y respira. Aprovecha para contestar otras preguntas y después regresa a tu ensayo.
Si no estás en medio de un examen, siempre es una excelente idea dejar descansar unas horas o un día cualquier trabajo de redacción. Es normal que llegues a un punto de saturación; cuando esto suceda, para y distráete. A veces realizar otras actividades como leer, hacer ejercicio, descansar o ver una película, además de despejarnos, puede llegar a inspirarnos y a darnos ideas para seguir escribiendo.
¿A ti qué te funciona para escribir? Cuéntanos tus mejores estrategias en nuestra sección de comentarios o a través de nuestras redes sociales.
Imagen de portada: Annie Spratt / Unsplash