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Todo mundo quiere jugar ajedrez: venta de tableros aumenta gracias a 'Gambito de dama'

Sociedad

Por: Jimena O. - 11/23/2020

'Gambito de dama' ha sido una de las series más vistas en Netflix en las últimas semanas, lo cual ha multiplicado la venta de juegos de ajedrez

En las últimas semanas, Gambito de dama (Scott Frank, 2020) se ha convertido en una de las series más seguidas en la plataforma Netflix, la encargada de distribuirla. De acuerdo con cifras de la empresa, al día de hoy sesenta y dos millones de suscriptores han visto al menos un par de minutos de la serie, lo cual la ha mantenido entre los diez shows más populares en los noventa y dos países donde Netflix está presente, conservando el primer lugar del top al menos durante un día en sesenta y tres de ellos (entre otros, en Estados Unidos, Argentina, Israel y Rusia). Por otro lado, de acuerdo con la consultora Nielsen, tan sólo en Estados Unidos se registró un total de 551 millones de minutos de la serie vistos en los primeros tres días desde su estreno (lo cual no es del todo preciso, pues Nielsen no toma en cuenta las reproducciones que se realizan en otros dispositivos como smartphones o tabletas).

Un efecto quizá inesperado de esta popularidad (misma que quizá los productores de la serie tampoco se esperaban) ha sido un interés renovado e intenso en torno al ajedrez, un juego que aunque siempre ha tenido sus aficionados, difícilmente puede decirse que genere una atención masiva y quizá ni siquiera cuantiosa.

Con todo, según reportan medios como The New York Times y la Radio Pública de Estados Unidos (NPR, por sus siglas en inglés), actualmente los fabricantes y distribuidores de juegos de ajedrez han visto multiplicadas sus ventas.

Ese es el caso, por ejemplo, de Spin Master, una firma que comercializa juegos de mesa en general y que, desde el 23 de octubre pasado, fecha de lanzamiento de Gambito de dama, tuvo un incremento “de tres dígitos” en sus ventas de tableros y piezas de ajedrez. Otra empresa, Goliath Games, tuvo también recientemente un aumento súbito en el mismo rubro, en su caso del 1 048%.

Por otro lado, en el ámbito de las ventas en línea, el portal Ebay reportó un incremento del 215% en las ventas de juegos de ajedrez, también posterior al estreno de la serie. De acuerdo con un vocero de Ebay, dichas ventas han sido sobre todo de juegos fabricados en madera, los cuales han sido seleccionados hasta nueve veces más que los ajedreces hechos de plástico, cristal o incluso los electrónicos. Al respecto, cabe señalar que las piezas de madera son las que aparecen más en la serie, particularmente en el desarrollo de torneos oficiales. 

En todo este panorama resulta clara la influencia de Gambito de dama entre los espectadores de la serie, de los cuales sería interesante conocer para cuántos de ellos este fue su primer acercamiento al mundo del ajedrez y para cuántos más fue un estímulo que les llevó a avivar un interés que ya tenían. 

Asimismo, este efecto confirma de algún modo el hecho de que si bien, como decíamos, el ajedrez nunca ha sido un juego particularmente popular, a lo largo de su historia sí lo ha acompañado una cierta aura de fascinación y hasta de misterio, que se explica quizá por la concentración con la que siempre imaginamos al jugador o jugadora de ajedrez, como si siempre estuviera en el trance de resolver un problema muy complejo. 

En este sentido, quizá Gambito de dama es el equivalente en nuestra época del “Turco”, un pretendido autómata construido por Johann Wolfgang von Kempelen en 1770 y el cual fue llevado a distintas cortes y exposiciones europeas para hacerlo jugar contra personajes ilustres. Este falso robot (falso porque, aunque mecánico, su secreto era que en realidad era operado por un ser humano escondido) jugó partidas contra Benjamin Franklin (entonces embajador de Estados Unidos en Francia), el zar Pablo I de Rusia, María Teresa de Austria y más tarde, en el siglo XIX, cuando fue adquirido por Johann Maelzel, contra el mismísimo Napoleón y Edgar Allan Poe. De hecho, aunque el Turco tuvo fama por sí mismo, también pasó a la historia gracias a un ensayo que Poe le dedicó, “El jugador de ajedrez de Maelzel”.

Como en aquella época, parece que Gambito de dama ha renovado esa atracción enigmática hacia el ajedrez, como si en cada partida hubiera siempre más en juego de lo que parece, mucho más, tal y como señaló Thomas Huxley:

El tablero de ajedrez es el mundo, las piezas son los fenómenos del universo y las reglas del juego son las que llamamos leyes de la naturaleza. El otro jugador está oculto para nosotros y sólo sabemos que es, siempre, equitativo, justo y paciente; también sabemos que nunca pasa por alto un error ni hace una concesión por ignorancia.


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