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Una muerte elegante y, en teoría, placentera

Philip Nitschke, uno de los principales activistas a favor de la eutanasia, ha creado una máquina para suicidarse a partir de una impresora en 3D, la cual permite que los usuarios se autoadministren la muerte de una manera elegante y quizá hasta placentera.

La máquina de diseño futurista llamada Sarco tiene paneles transparentes y parece una especie de máquina para navegar al espacio, lo cual es adecuado, pues quizá eso sea la muerte también. Al apretar un botón, la máquina llena el ambiente de nitrógeno líquido, una sustancia que puede ser adquirida sin un permiso especial. Esto hace que la persona se sienta un tanto embriagada, al estilo "gas de la risa", al tiempo que los niveles de oxígeno van descendiendo. En teoría, la persona queda inconsciente y luego muere.

Para usar la máquina, los usuarios deben superar una prueba que es llevada a cabo por una inteligencia artificial, algo un tanto surreal pero que permite tener control sobre si la persona está decidiendo su muerte de una manera racional o no, con uso de sus facultades. Esta es la intención de la máquina, "permitir que adultos racionales tengan la opción de una muerte pacífica, voluntaria y legítima, en un ambiente estilizado y elegante". La máquina además es portátil, por lo que puede ser llevada a un lugar especial para la contemplación final, acaso a los Alpes o al Mediterráneo.

Nitschke dice que el día de la muerte es el día más importante de la vida y uno debería poder elegirlo. Sus aseveraciones son ciertamente controversiales, pero cada vez ganan más tracción en una sociedad altamente secular.