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Analistas coinciden en que la decisión de Peña Nieto de invitar a Trump y su comportamiento en la reunión no fueron muy inteligentes

Existe prácticamente consenso en que la decisión de reunirse con Donald Trump y el desempeño durante la sesión del presiente mexicano Peña Nieto han sido una pésima jugada de su parte, algo que no debe sorprender según su récord pero de todas maneras resulta inexplicable, si no es a través de la ignorancia y la ineptitud. Surge la pregunta: ¿qué tipo de asesores políticos tiene Peña Nieto? El a veces perspicaz Jorge Castañeda había comentado antes de la reunión que no entendía la misma y que debía de tratarse de una movida que resultaría en que Peña Nieto confrontaría a Trump, le haría pedir perdón o se colgaría alguna medalla por hacerlo cambiar de opinión, algo que ciertamente no ocurrió.

León Krauze, escribiendo para el Washington Post, señala que Trump fue claramente el triunfador de la sesión y logró dictar la agenda y llevar agua a su molino político al crear una imagen de estadista. Peña Nieto, por su parte, cayó al nivel más bajo hasta ahora, dice Krauze (su nivel de aprobación antes de la reunión era de 25%). Sobre cómo Peña Nieto de alguna manera aprobó las declaraciones de Trump, Krauze observa que Trump sonrientemente recibió "un sello de aprobación presidencial por su bullying".

En el sitio Slate, el analista Jim Newell simplemente se pregunta en qué estaba pensando Peña Nieto y pone en duda seriamente su inteligencia, señalando que "tal vez Peña Nieto no es muy brillante que digamos", algo que recuerda lo que había dicho Carlos Fuentes sobre él antes de morir, que simplemente no estaba calificado para ser presidente, hoy una obviedad. Newell incluso escribe que "Tal vez México hasta pague por el muro, si este presidente sigue en el poder". 

El New York Times analiza que Trump está recurriendo a "gimnasia política" y, ya que su nivel de aprobación es tan bajo, lo ocurrido, este presentarse como un estadista relativamente cordial y hábil, le suma puntos. No así a Peña Nieto, quien quizás está tan deseperado como Trump y apostó a lo que en términos de futbol americano se conoce como un "Hail Mary".