*

5 filósofos para reflejarse en un río de sabiduría universal

Aristóteles - Platón - Pitágoras

La revista Aeon, una de las más relevantes en la discusión de temas actuales de filosofía, publicó hace unos meses un interesante "thread" preguntando a sus usuarios qué filósofos son los que más les gustaría conocer, en la típica (y en este caso posiblemente épica) conversación de sobremesa, una tarde en el tiempo. 

El editor y filósofo Nigel Warburton elige sus cinco filósofos: Sócrates, Diógenes, Kierkegaard, Nietzsche y Hume. Las listas varian y pueden leerse aquí, una más ecléctica menciona: Buda, Nagarjuna, Husserl, Heidegger y Wittgenstein. Otro comenta: Séneca, Diógenes, Epicuro, Montaigne y Camus. Con el fin de polemizar un poco, hago aquí una lista alternativa y un comentario sobre las listas compartidas.

Sócrates representa el prototipo del filósofo en todo su oficio y esa aura perdura en las elecciones. En Internet una de las citas más compartidas es una de Steve Jobs que dice: "Cambiaría toda mi tecnología por pasar una tarde con Sócrates". Si entramos en estos terrenos hipotéticos, que suelen estar llenos de lugares comunes, y creemos que el encuentro de las grandes mentes produce "reacciones químicas" de proporciones históricas, como si fuere en el sistema nervioso del planeta, podemos imaginar que tal vez Sócrates lo hubiera convencido con su magistral dialéctica de no inundar el mundo de gadgets (la tecnología de Jobs ciertamente ha sido asimilada poco filosóficamente). Aunque ciertamente suena atractivo conocer a Sócrates, el brillante conversador que hizo de su vida la prueba de su filosofía --caminó su doctrina-- personalmente me inclino por Platón, el gran filósofo ateniense cuyo impulso dio a luz un cauce universal de sabiduría. Platón es la figura central del gran árbol filosófico occidental, porque en él se conjuga la más poderosa síntesis de las diferentes corrientes que confluyen en Grecia, pero que nacen en Egipto y en Oriente. Además, la mente platónica tiene la cualidad poco conocida hasta antes de él de sistematizar el conocimiento: hay en Platón una armonía del pensamiento científico con el pensamiento religioso bajo un rigor que es lo mismo analítico que intuitivo, una cualidad tan rara que la escuela de filósofos que lo siguieron más fielmente --los después llamados neoplatónicos-- usualmente se refirieron al filósofo como "El Divino".

Sería difícil no incluir a Buda en una lista que se centre en la filosofía en su significado original, esto es, una disciplina de la mente que necesariamente se convierte en una práctica espiritual y no un mero discurso lingüístico. Quizás también, trazando los orígenes remotos de la filosofía, habría que mencionar a Yajnavalkya, el sabio indio que suele ser considerado como el autor de uno de los Upanishads y del monumental Satapatha Brahmana, el texto donde se instituyen los ritos sacrificiales. Habiendo pensando en Buda, quizás también deberíamos de pensar en Jesús como otro gran maestro de filosofía, aunque ligado obviamente a la religión. Es innegable que, aunque mayormente dentro de la teología y la moral, los Evangelios son una profunda doctrina filosófica. Si bien algunas personas más cínicas o escépticas atribuyen el genio 

Igualmente, en la tradición occidental habría que incluir a Pitágoras, el filósofo que acuñó la palabra y que creó la primera escuela ascética de instrucción filosófica en nuestra tradición. La historia sólo recuerda a Sócrates como el maestro de Platón, pero estrictamente habría que también mencionar a Pitágoras en este linaje de filosofía, especialmente en lo que podemos llamar la cosmología platónica. Hay que recordar la famosa máxima de Platón que habría estado inscrita en la entrada de su escuela: "Que no entre aquí quien ignora la geometría", un principio que evidentemente viene de Pitágoras. Y si seguimos esta línea de investigación, incluso deberíamos remontarnos a los templos egipcios. La tradición sostiene que Pitágoras aprendió ahí la médula de su conocimiento, fundamentalmente la armonía numérica del cosmos; según la tradición también Platón, aunque controversialmente, fue iniciado por los sacerdotes egipcios. El filósofo que habría legado esta transmisión original habría sido el mítico Hermes, la figura divina que se confunde con el Toth egipcio, y el Enoch (Metatron) de la tradición hebrea. Una leyenda enigmática sostiene que un sacerdote egipcio antediluviano, el mismo Toth, o su vicario, habría dejado escrito en unas tablas en un templo la ley de las analogías y las correspondencias. Conocer a Hermes es el sueño esotérico de quienes se inclinan al misterio, y quizás lo conocemos cuando leemos a los otros filósofos, puesto que, como dice Valéry, todas las obras las ha compuesto un único autor: el Espíritu. Hermes simboliza este espíritu, la mente universal que se recoge y regocija en sí misma. 

Una lista así igualmente sentirá la necesidad de mirar hacia Aristóteles, el alumno de Platón, que famosamente fue descrito por su maestro en la academia simplemente como "La Mente". La modernidad ciertamente ha elegido la visión del alumno por sobre la del maestro. Una valiosa inclusión, a mi juicio, sería Plotino, el alumno espiritual de Platón que también fue un sensible lector de Aristóteles y cuya filosofía es una de las más brillantes exposiciones de una filosofía mística en Occidente. Plotino, como todo buen filósofo, experimentó lo que postulaba en su filosofía, como relata su biógrafo Porfirio, en un puñado de ocasiones habiendo logrado un estado de unidad mística o henosis.

El lector seguramente desdeñará la ausencia de filósofos modernos, más actuales quizás al predicamento existencial del hombre contemporáneo. Incluirlos me parece razonable, sin embargo, creo que parte de la problemática filosófica actual es la poca circulación vital de las viejas tradiciones que ligan a la filosofía con el ejercicio o la práctica ética, estética y espiritual cotidiana, constante, no separada de ninguna de las áreas del desarrollo humano. Al final, la filosofía se sirve de la contemplación de principios abstractos universales para llevarlos a acciones concretas. La doctrina no puede separarse de la vida.    

 

Twitter del autor: @alepholo