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Tras ser aprobada la reforma en telecomunicaciones, ya comienzan a emerger las primeras medidas contra los monopolios en este sector.

images (3)Los mexicanos han resentido por décadas los servicios monopolizados del sector de las telecomunicaciones, es decir radio, TV y telefonía. Supuestamente, a partir de las demandas del movimiento Yosoy132 que exigía la democratización de los medios, y de la celebración de la Primer Cumbre Ciudadana por un México Pacífico y Justo, a  la que acudieron más de 350 Ong´s, se incluyó como eje de gobierno la creación de un órgano que eliminara las prácticas preponderantes de las empresas.

Desde la creación del Ifetel, Televisa ha recibido un par de duros golpes, uno que obliga a la emisión gratuita de sus señales por cable o televisión cerrada, y  su calificación como predominante en el sector radioeléctrico, que la fuerza  a compartir su infraestructura y a perder la exclusividad de transmisión de cualquier evento público masivo, por ejemplo partidos de fútbol.

La decisión del Ifetel hizo caer las acciones de la empresa generándole una pérdida por 7 mil millones de pesos. En el caso de Telmex y Telcel el organismo también los declaró preponderantes. Ambas empresas de Carlos Slim –el segundo hombre más  rico del mundo–, deberán compartir su infraestructura y eliminar el roamming nacional para sus usuarios. Aún no se determina el impacto que dichas medidas provocarán en las acciones de Grupo Carso.

Aparentemente se perfila un escenario de mayor competencia en un sector que  ha permanecido por décadas generando jugosos negocios y adquiriendo un poder político injustificado, gracias a los intercambios de favores entre funcionarios públicos y empresarios.

No obstante, aunque se percibe una  nueva dinámica en el sector, aún queda la revisión minuciosa de las nuevas disposiciones y la operación que ejercerá el Ifetel como nuevo regulador, esto de acuerdo a la experta en Telecomunicaciones Irene Levy. El escenario parece alentador, aunque hay un escepticismo latente en la sociedad, históricamente justificado, que solo se disipará en la praxis.