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Como si fuera parte de una aventura de literatura fantástica, un mono en Colombia monta a un loro para ahorrarse el esfuerzo de trepar o cruzar grandes distancias.

Los más improbables amigos han formado una curiosa relación en Colombia: un loro y un mono ardilla viven en una inseparable amistad. El mono incluso ha aprendido a utilizar al loro para facilitar su existencia y holgarse en la pereza, al montar sobre ésta ave parlante y evitar tener que trepar árboles o cruzar ríos.

Según el fotógrafo de estas imágenes, Alejandro Jaramillo, el mono vive con una pareja de loros en San Agustín y su actividad favorita es montar a estas aves multicolores. Hasta el punto de que a veces los dueños del hotel tienen que arrojarle baldes de agua para que el mono ardilla se separe de los pájaros y regrese con otros monos.

Via Metro