Nadar con orcas ya no será una aventura sin ley: así funcionará el nuevo reglamento en Baja California Sur
Ecosistemas
Por: Yael Zárate Quezada - 08/08/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 08/08/2025
La observación y el nado con orcas en La Ventana, Baja California Sur, finalmente contará con un marco legal que busca equilibrar la experiencia turística con la protección de estos animales. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acaba de aprobar el primer Plan de Manejo que regulará estas actividades en aguas del Golfo de California, donde el turismo ha ido en aumento a la par de las preocupaciones por el bienestar de las orcas.
Hasta ahora, la interacción con Orcinus orca —clasificadas en México como especie “Sujeta a Protección Especial” según la NOM-059— ocurría sin reglas claras. La nueva normativa, elaborada por la Subsecretaría de Biodiversidad y Restauración Ambiental, responde al creciente número de embarcaciones turísticas, la alteración del hábitat y la presión sobre poblaciones locales de orcas que se mueven en zonas cercanas a comunidades como El Sargento, Agua Amarga, Los Planes y el Ejido Juan Domínguez Cota.
Para su aplicación este plan contempla un área de 110 mil 906 hectáreas —más de dos tercios del tamaño de la Ciudad de México— e incluye no solo la bahía de La Ventana y el canal de Cerralvo, sino también playas del municipio de La Paz, zonas federales marítimas y terrestres, así como aguas marinas nacionales.
La temporada autorizada para el avistamiento y nado va del 1 de agosto de 2025 al 31 de julio de 2026, entre las 7:00 y las 18:00 horas, siempre que las condiciones del mar lo permitan.
Además dde la calendarización, las reglacuones consisten en una serie de normas que no se deben pasar por alto. regulación no es solo cuestión de calendario: incluye una lista específica de lo que no se puede hacer durante estas interacciones.
Entre las principales restricciones están:
También se prohíbe alimentar a los animales, lanzar desechos al mar o sobrevolar con drones, salvo autorización específica para monitoreo ambiental.
Hay que mencionar que, si ocurre algún incidente, la responsabilidad recaerá totalmente sobre los operadores turísticos, no sobre el gobierno. Esto pone el foco en la autorregulación de quienes comercializan estas experiencias.
El plan reconoce que estas actividades tienen un impacto económico y social clave en las comunidades ribereñas, pero busca hacerlo sin perder de vista el principio de conservación.