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El derecho al olvido permite solicitar la eliminación de ciertos resultados en buscadores, pero hay toda una discusión en torno a ello

Internet tiene memoria; no duerme, no borra y rara vez olvida. En la era de la hiperconectividad, donde nuestras huellas digitales se imprimen con cada clic, el deseo de desaparecer —o al menos de controlar lo que aparece sobre nosotros— ha dejado de ser una fantasía para convertirse en un tema legal, filosófico y profundamente humano. Así nació el llamado derecho al olvido, es decir, la posibilidad de pedir que ciertos datos personales dejen de estar disponibles en los motores de búsqueda, como si quisiéramos editar la narrativa pública que el algoritmo ha escrito sobre nosotros.

Este derecho, sin embargo, no está exento de controversia. ¿Dónde termina la privacidad y dónde empieza la memoria colectiva? ¿Debe una persona poder suprimir información que la incomoda, aunque sea cierta? Mientras algunos celebran esta herramienta como una forma de recuperar autonomía sobre la identidad digital, otros advierten que podría convertirse en un camino hacia el borrado de hechos incómodos o incluso históricos. 

¿Qué países tienen derecho al olvido?

El “derecho al olvido” se reconoció formalmente en mayo de 2014 gracias a una resolución histórica del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. A partir de ese fallo, los ciudadanos de los 27 países miembros de la UE pueden solicitar a los buscadores la eliminación de enlaces que contengan información “inexacta, inadecuada, irrelevante o excesiva” sobre ellos. Google, el mayor archivo contemporáneo de memoria, está obligado a evaluar cada solicitud con base en estos criterios, ponderando también si existe un interés público en que dicha información siga visible.

En este sentido, España ha sido uno de los países donde más se ha invocado este mecanismo, a través de la Agencia Española de Protección de Datos. Pero fuera del territorio europeo, el panorama es un tanto más difuso.

En México, por ejemplo, no existe una figura jurídica específica del “derecho al olvido”, aunque los derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición) permiten a las personas controlar el uso de sus datos personales. Estos derechos se ejercen de forma individual y se han convertido en un recurso creciente para quienes buscan retirar información personal de internet.

En Argentina, aunque el derecho al olvido no se menciona literalmente, la Ley de Protección de Datos Personales (Ley 25.326) permite a los ciudadanos pedir la corrección o eliminación de datos falsos o discriminatorios, lo que en la práctica se traduce en un ejercicio parcial del olvido digital.

Mientras tanto, en Brasil, la legislación ha sido más restrictiva con respecto a los buscadores. Aunque se reconoce el derecho a solicitar la eliminación de información personal en algunos contextos, no se obliga a los motores de búsqueda a borrar resultados simplemente porque alguien lo solicite. 

¿Cómo cuidar mis datos personales?

Aun cuando en tu país no se contemple legalmente el derecho al olvido, puedes tomar medidas concretas para reducir la exposición de tu información personal en internet. Hoy en día, basta con introducir tu nombre y ciudad en un buscador para encontrar detalles que van desde tu dirección hasta tus perfiles sociales, disponibles en páginas como Spokeo o Whitepages, que se alimentan de registros públicos y bases de datos privadas.

Esta medida es importante sobre todo si tus datos personales como domicilio, teléfono o incluso, lugares de trabajo, están expuestos de manera pública. El procedimiento más directo comienza por buscarte en Google con tu nombre y algunos datos adicionales, como tu dirección o los últimos cuatro dígitos de tu número telefónico. Si encuentras algo que preferirías mantener fuera de los reflectores digitales, sigue estos pasos:

  • Haz clic en el botón ⋮ al lado del resultado no deseado.
  • Selecciona la opción “Eliminar resultado” en el menú que aparece.
  • Indica que el resultado muestra tu información personal y no quieres que esté allí.
  • Define el tipo de datos que aparecen: dirección, teléfono, etc.
  • Introduce la información que coincide y envía tu solicitud.

Google suele responder en cuestión de horas, aunque el proceso puede demorar algunos días. Ten en cuenta que no se eliminan contenidos con valor periodístico, legal o provenientes de fuentes gubernamentales. Esto sí implicaría un atentado a la libertad de expresión. 


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Imagen de portada: Westend61