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La adolescencia en pantalla es tanto un grito de auxilio como una celebración de la incertidumbre

Algunas películas de adolescentes no retratan sólo la máscara jovial y brillante de esta etapa sino que son el espejo distorsionado de la sociedad, una risa amarga ante el caos interno de los jóvenes atrapados entre la ilusión y la cruel realidad. Christina F., Mysterious Skin, Las vírgenes suicidas, Inocencia interrumpida: cada una, desde su propio rincón, retrata no solo las pasiones y los excesos de la adolescencia, sino también el vacío que se esconde bajo la superficie brillante de la juventud. Hay algo fascinante en la manera en que estas historias nos presentan un abismo de desolación de cuerpos jóvenes en busca de respuestas.

Es difícil no sentir una conexión visceral con los personajes de estas películas, que se desplazan entre un estado de ansiedad existencial y la desesperada necesidad de encontrarse a sí mismos y a su propio entorno, quizá la empatía se genera desde el adolescente interior que nunca ha terminado de sanar en un mundo que exige la madurez a toda prisa. 

En Christina F., la protagonista enfrenta la fragilidad de su adolescencia en el Berlín de los 70, una ciudad sumida en la decadencia, donde el deseo de escapar de la realidad la lleva a perderse en las sombras del consumo de drogas y la prostitución. El filme nos muestra cómo, en un mundo roto, la búsqueda de la identidad puede ser una caída al abismo.

 

Por otro lado, Mysterious Skin aborda el trauma del abuso infantil, una herida profunda que marca a los protagonistas y los lleva a un viaje doloroso de autodescubrimiento. Aquí, los recuerdos distorsionados de una experiencia traumática arrastran a los jóvenes hacia el caos emocional, mientras cada uno a su manera busca entender su sufrimiento en medio de la confusión.

 

Las vírgenes suicidas aborda la vida de cinco hermanas que viven aisladas por una familia autoritaria. La película examina el dolor y la confusión de la juventud desde una perspectiva inquietante, mostrando cómo la represión y el control pueden llevar a la desesperación. Los chicos que las observan desde la distancia intentan entender un sufrimiento que nunca logran comprender del todo, pues la idealización de la figura femenina lleva a la tragedia de estas jóvenes que se convierten en una sombra aislada. 

 

En Inocencia interrumpida, la protagonista, Susanna, lidia con su trastorno de identidad en un hospital psiquiátrico, rodeada de otras jóvenes con problemas aún más profundos. Esta película es un relato sobre los límites entre la salud mental y el caos, mostrando cómo la sociedad tiende a encasillar a aquellos que no se ajustan a sus normas, sin intentar comprender sus verdaderas luchas internas.

 

Estas películas nos hablan de una adolescencia marcada por la desesperación, el sufrimiento y la rebelión silenciosa contra una sociedad que impone moldes rígidos. Nos invitan a ver más allá de las cicatrices visibles, a explorar el sufrimiento profundo que muchos jóvenes viven mientras intentan encontrar su lugar en un mundo enajenado.

Por otro lado, películas más ligeras como Clueless y 10 Things I Hate About You abordan la adolescencia desde un ángulo más accesible.

Clueless presenta a Cher, una joven superficial que, mientras busca ayudar a los demás, enfrenta los dilemas del amor y la amistad con humor y ligereza. La película, aunque más liviana, no deja de mostrar las inseguridades propias de la juventud, donde la confusión de ser joven es palpable.

 

En 10 Things I Hate About You, la historia de amor y poder se mueve entre la diversión y la emoción, con un toque de cinismo que revela que, bajo la superficie, los dilemas existenciales también están presentes. A través de personajes que luchan por encontrar su lugar en el mundo, la película refleja cómo la adolescencia también es un campo de batalla externo, no sólo interno.

Si bien estas películas son más fáciles de digerir, no dejan de mostrar la constante lucha de los jóvenes por la identidad, enfrentando las expectativas sociales con un poco de humor. Son versiones más digeribles de lo que, en películas como Las vírgenes suicidas o Mysterious Skin se muestra de forma más cruda.

En conjunto, estas películas, tanto las dramáticas como las más ligeras, nos ofrecen un retrato completo de la adolescencia. Una etapa que no es tan sencilla como se nos presenta en ciertos relatos, pero que tampoco debe ser reducida a una constante tragedia. La juventud es un camino incierto, donde la búsqueda de identidad y el choque con las expectativas sociales son universales, y a pesar de los altibajos, sigue siendo un camino profundamente personal.


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