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A partir de esta fecha, las políticas arancelarias de Donal Trump sobre la industria automotriz entrarán en vigor para varios países, pero ¿qué representa esto para la economía de los estadounidenses?

El próximo miércoles 2 de abril entrará en vigor lo que Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, denominó como “Día de la Liberación”, fecha en la que los llamados aranceles recíprocos comenzarán a implementarse en varios países de la Unión Europea y por supuesto a México y Canadá, dos de sus principales socios comerciales. 

Entre otras medidas, el gobierno de Estados Unidos aumentará los aranceles en bienes y servicios extranjeros para estar a la par del Impuesto al Valor Agregado europeo (IVA). Bajo la lógica de “si nos cobran nosotros les cobramos”, Trump comenzará con una “guerra arancelaria” que afectaría principalmente al mercado automotriz. 

Actualmente el arancel a los vehículos importados de la Unión Europea es de 2.5%, sin embargo, con las nuevas medidas este podría pasar al 27%. Será a partir de la medianoche del 3 de abril que todos los automóviles importados a Estados Unidos deberán pagar un 25% de aranceles. 

En algunos casos se tendrán algunas consideraciones, como con México y Canadá, donde Trump ha decidido que las partes de automóviles fabricadas en estos países socios estarán exentas temporalmente de ese arancel. 

De acuerdo con información de la agencia de noticias EFE, la Casa Blanca confía en que esta medida fomentará la manufactura nacional. Lo cierto es que también podría provocar un incremento de precios para los consumidores estadounidenses y perjudicar a los fabricantes de automóviles y toda la cadena de suministros que componen a esta industria a nivel global. 

El Laboratorio Presupuestario de la Universidad de Yale estima incrementos en los costos de producción de hasta un 5% más para Canadá, 13% para China, 16% para México, 17% para India y hasta 19% para Alemania y Francia. 

En todo caso, la factura para las familias estadounidenses, podría impactar en una pérdida media de ingresos de hasta 2,700 dólares por cada hogar, un equivalente a 54 pesos mexicanos, y hasta 3 mil dólares si los socios del país vecino del norte deciden responder a los aranceles de la misma forma. Esto en un contexto en que Donald Trump y su equipo confían en que el consumidor promedio en Estados Unidos preferirá bienes producidos nacionalmente y de "mejor calidad" que aquellos importados y, al menos en el discurso, de baja calidad.

La moneda está en el aire. Queda esperar a la decisión que se anunciará este miércoles.


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