Norovirus: el virus de las enfermedades alimentarias que se esparce por Estados Unidos
Salud
Por: Agatha Capote - 12/30/2024
Por: Agatha Capote - 12/30/2024
El norovirus es un virus altamente contagioso responsable de la mayoría de los casos de gastroenteritis aguda en todo el mundo. Se estima que provoca alrededor de 20 millones de enfermedades al año solo en Estados Unidos.
En los últimos días se ha generado cierta alarma al respecto, pues según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la semana del 5 de diciembre registró 91 brotes de norovirus, un aumento significativo en comparación con los 69 brotes reportados durante la última semana de noviembre.
Los síntomas más comunes incluyen diarrea, vómitos, náuseas y dolor estomacal, que suelen aparecer entre 12 y 48 horas después de la exposición al virus. Aunque la enfermedad suele durar entre 1 y 3 días, puede ser especialmente peligrosa para niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunitarios debilitados, debido al riesgo de deshidratación.
CDC
El norovirus se propaga fácilmente a través de:
Es importante destacar que una persona infectada puede transmitir el virus desde antes de presentar síntomas y hasta dos semanas después de recuperarse.
Para reducir el riesgo de infección por norovirus, se recomiendan las siguientes medidas:
No existe un tratamiento específico para la infección por norovirus. Se recomienda el descanso y la ingesta abundante de líquidos para prevenir la deshidratación. En casos graves, especialmente en poblaciones vulnerables, puede ser necesaria la atención médica para administrar líquidos intravenosos.
El norovirus es la principal causa de enfermedades transmitidas por alimentos en Estados Unidos, siendo responsable de numerosos brotes en restaurantes y otros entornos de servicios de alimentos. La implementación de prácticas adecuadas de higiene y manipulación de alimentos es esencial para prevenir su propagación.
En conclusión, el norovirus representa un desafío significativo para la salud pública debido a su alta contagiosidad y resistencia en el ambiente. La adopción de medidas preventivas, como el lavado adecuado de manos, la correcta manipulación de alimentos y la desinfección de superficies, es fundamental para controlar su propagación y minimizar su impacto en la comunidad.