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¿Qué han descubierto investigadores que colaboran con la Universidad de Curtis sobre la conocida como "Piedra del Altar" en el famoso complejo de Stonehenge? ¿Por qué estos hallazgos alteran sensiblemente lo que creíamos saber sobre el mundo antiguo?

No hace falta decirlo, pero Stonehenge fue realmente el logro más increíble. Se necesitaron quinientos hombres solo para tirar de cada sarsen, más cien más para correr de un lado a otro colocando los rodillos. Piénsenlo por un minuto. Se imaginan tratar de convencer a seiscientas personas para que los ayuden a arrastrar una piedra de cincuenta toneladas durante dieciocho millas por el campo ya empujarla hasta colocarla en posición vertical, y luego decir: “Bien, muchachos. Otras veinte como esa, más algunos dinteles y tal vez un par de docenas de hermosas piedras azules de Gales, y podemos festejar”. Quienquiera que haya sido la persona detrás de Stonehenge fue un gran motivador.

Estas palabras pertenecen al libro de 1995 Notas desde una pequeña isla, escrito por el autor sobre viajes estadounidense Bill Bryson. ¿Quién no ha visto alguna imagen de Stonehenge? Las famosas ruinas de un monumento del Neolítico y de la Edad de Bronce situadas cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire, Inglaterra. A lo largo de los siglos, ha impresionado a locales y visitantes del mundo por su impresión de misterio y por su alineación hacia el amanecer en el solsticio de verano y hacia el atardecer en el solsticio de invierno. Hoy está en postales y, desde 1996, es uno de los sitios patrimonio de la humanidad de la UNESCO.

La invocación de un pasado que puede ser tan antiguo como los siete mil años es lo hace a este complejo megalítico todo un centro de atracción para los poetas y los arqueólogos. Y se antoja muy interesante una de las mejores investigaciones de los últimos años sobre Stonehenge, enfocada en su monumental “Piedra del Altar” de seis toneladas.

Dirigida por la Facultad de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Curtin, parte del Proyecto de Descubrimiento del Consejo de Investigación Australiano , en colaboración con las universidades de Aberystwyth, Adelaida y el College de Londres, esta investigación revela que el supuesto origen galés de la Piedra del Altar es, en realidad, escocés. Un bloque de arenisca de 50 cm de espesor, con medidas en metros de 5 x 1.

El misterio que trata de resolver con exactitud es ¿cómo y por qué se transportó la Piedra del Altar desde el extremo norte de Escocia, una distancia de más de setecientos kilómetros, hasta el centro del complejo de Stonehenge? Los hallazgos resientes dan cuenta de métodos de transporte con cinco mil años de antigüedad, algo sorprendente por ser propios de lo que se considera una organización social inesperadamente avanzada para la época.  

Los investigadores de Curtin también han estudiado la edad y la química de los granos minerales dentro de los fragmentos de esta famosa piedra. De acuerdo con Anthony Clarke, uno de los autores principales de los resultados de este proyecto, la edad y la composición química de estos granos coinciden con el lecho rocoso de Escocia y no de Gales.

Para Robert Ixer, también coautor de los resultados del proyecto de Curtin, ha sido todo un impacto para el mundo de la arqueología que la tectónica de placas y la física atómica revelan el lejano origen escocés de la Piedra del Altar. Un descubrimiento gracias a espectrómetros de masas que pueden utilizarse en minerales formadores de rocas, artefactos arqueológicos, meteoritos, cerámicas e incluso sustancias biológicas como dientes, huesos y conchas.

Curtin nos ha dado la libertad e independencia para explorar obras fascinantes como Stonehenge, y el acceso al equipo más avanzado del mundo ya su experto personal.

Australia Occidental, que alberga los minerales más antiguos de la Tierra, es un laboratorio natural extraordinario. Por eso estoy muy agradecido de haber tenido la oportunidad de realizar esta investigación en este lugar extraordinario.

Estas palabras de Clark hablan del interés y de los recursos movilizados para esta investigación. En Pijamasurf compartimos algunas conclusiones de quienes han hecho parte de este esfuerzo internacional para acercarnos a los misterios de Stonehenge:

Nuestro análisis encontró que los granos minerales específicos en la Piedra del Altar tienen en su mayoría entre mil y dos mil millones de años, mientras que otros minerales tienen alrededor de cuatrocientos cincuenta millones de años. Esto proporciona una huella química distintiva que sugiere que la piedra proviene de rocas de la Cuenca de Orcadian, Escocia, al menos a setecientos cincuenta kilómetros de Stonehenge.

Dado su origen escondido, los hallazgos plantean preguntas fascinantes, considerando las limitaciones tecnológicas de la era Neolítica, sobre cómo una piedra tan enorme recorrió grandes distancias alrededor de los dos mil seiscientos antes de la era común.

Este descubrimiento también tiene un significado personal para mí. Crecí en Mynydd Preseli, Gales, de donde proceden algunas de las piedras de Stonehenge. Visité Stonehenge por primera vez cuando tenía un año y ahora, con veinticinco, regresó de Australia para ayudar a realizar este descubrimiento científico.

Se podría decir que he cerrado el círculo en el círculo de piedras.

Anthony Clarke, candidato a Doctor en la Universidad de Curtin.

 

Nuestro descubrimiento de los orígenes de la Piedra del Altar resalta un nivel significativo de coordinación social durante el período Neolítico y ayuda a pintar un cuadro fascinante de la Gran Bretaña prehistórica. Transportar una carga tan masiva por tierra desde Escocia hasta el sur de Inglaterra habría sido extremadamente difícil, lo que indica una probable ruta de transporte marítimo a lo largo de la costa británica.

Esto implica redes comerciales de larga distancia y un nivel de organización social más alto que el que se cree ampliamente que existió durante el período Neolítico británico.

Chris Kirkland, profesor de la Universidad de Curtin.

 

Hemos conseguido determinar la edad y las huellas químicas de una de las piedras más famosas de este antiguo monumento de renombre mundial. Si bien ahora podemos decir que esta emblemática roca es escocesa y no galesa, la búsqueda seguirá en marcha para determinar exactamente de qué lugar del noreste de Escocia proviene.

Richard Bevins, profesor de la Universidad de Aberystwyth.

 

Imagen: monumento megalítico de Stonehenge, Amesbury, condado de Wiltshire, Inglaterra.