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¿En qué consiste la física funcionalista del profesor Vitaly Vanchurin sobre una red neuronal cósmica? ¿Por qué de ser correcta, esta nueva perspectiva podría reconciliar físicas clásica y cuántica? ¿Cuál es la relación de esta teoría con la noción de selección natural?

Uno de los objetivos más ambiciosos de la física contemporánea implica encontrar una teoría unificada que abarque las escalas clásica y cuántica, todos los niveles del universo, de lo macro, a lo subatómico, todas las conexiones y todo lo conectado.

Profesor en la Universidad de Minnesota Duluth, Vitaly Vanchurin asegura que, si te propones exponer qué es y cómo funciona este ámbito universal, la mejor manera de hacerlo es pensar en un sistema informático similar a un cerebro humano.

Entrevistado en la revista Futurism, según Vanchurin, profundizar en esta nueva perspectiva es el primer paso para conseguir una esquiva teoría física del todo. ¿O se trata de una teoría mental? Desde un punto de vista filosófico, se trata de un cambio en nuestra manera ontológica de ver las cosas. Qué somos es la emergencia de cómo nos conectamos.

De acuerdo con Vanchurin, puede hablarse de una “red neuronal informática” que funciona a través de “nodos”. Estos nodos “imitan” a las neuronas biológicas, es decir, son procesadores y trasmisores de señales. A medida que esta red aprende nueva información, “cambia”, da prioridad a ciertos nodos y esto permite la conexión de “bits” informativos.

Vanchurin llegó a esta conclusión al comparar exitosamente los mecanismos implicados en el aprendizaje informático con aquellos de la mecánica cuántica, analizando el funcionamiento del aprendizaje automático mediante la mecánica estadística. Dicho muy simple, pueden coincidir las maneras en que un cerebro y el universo procesan información:

No solo decimos que las redes neuronales artificiales pueden ser útiles para analizar sistemas físicos o descubrir leyes físicas, sino que decimos que así es como funciona realmente el mundo que nos rodea. En este sentido, podría considerarse una propuesta de teoría del todo y, como tal, debería ser fácil demostrar que está equivocada.

De funcionar el universo como una red neuronal, su comportamiento podría explicarse por las ecuaciones de la mecánica cuántica, las leyes de la física clásica o la teoría de la relatividad general ideada por Albert Einstein, de acuerdo con una u otra condición:

La dinámica de aprendizaje de una red neuronal puede de hecho exhibir comportamientos aproximados descritos tanto por la mecánica cuántica como por la relatividad general.

Esta no se trata de una conclusión infalsable, sino que Vanchurin propone apostar insistentemente. ¿Hay un solo fenómeno que no pueda modelarse con una red neuronal? Sin embargo, cobrar o perder la apuesta sigue siendo difícil. Todavía no conseguimos entender completamente cómo funcionan las redes neuronales y el aprendizaje automático.

A pesar de las dificultades para avanzar en la credibilidad de esta perspectiva, su autor se atreve, incluso, a sugerir, que en una red neuronal, las partículas, los átomos, e incluso los “observadores conscientes”, emergen de proceso similar a la selección natural. A nivel microscópico, algunas estructuras se volverían más o menos estables. Las primeras podrían sobrevivir a este proceso evolutivo, mientras que las segundas no lo conseguirían:

En las escalas más pequeñas espero que la selección natural produzca algunas estructuras de muy baja complejidad, como cadenas de neuronas, pero en escalas mayores las estructuras serían más complicadas.

El que esta noción sea recibida con escepticismo por parte de la comunidad científica probablemente no desconcierte mucho a Vanchurin. En su opinión, sencillamente no hay razones para que procesos macro y micro no puedan explicarse mediante una teoría unificada del funcionamiento de todo cuanto hay el cosmos, electrones, ideas, recuerdos y soles:

Si es correcto, entonces lo que ahora llamamos átomos y partículas podrían en realidad ser el resultado de una larga evolución que comenzó a partir de algunas estructuras de muy baja complejidad, y lo que ahora llamamos observadores macroscópicos y células biológicas podrían ser el resultado de una evolución aún más larga.

Esta explicación de la red neuronal no es necesariamente para Vanchurin una teoría sobre una gran simulación. ¿Cómo saber si estas conclusiones son materialistas o mentalistas? De ser de una u otra manera, lo cierto es que no podríamos saber la diferencia.


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Imagen de portada: cerebro cósmico, Medium.