Los preciosos vitrales de la Catedral de Reims creados por Marc Chagall
Arte
Por: Luis Alberto Hara - 06/06/2023
Una de las grandes obras del siglo XX que tiene un sabor antiguo
La ciudad de Reims está dominada por la catedral de Nuestra Señora de Reims, una estructura gótica con preciosos vitrales. La catedral está dedicada a la Virgen María y fue el sitio donde muchos reyes franceses tuvieron sus ceremonias de coronación. La catedral se construyó sobre en la sede de una catedral más antigua de las épocas merovingia y carolingia.
Parte de la catedral (incluidos vitrales del siglo XIII) fue dañada durante la Primera Guerra Mundial y ha sido restaurada. Lo sobresaliente, además de su famoso rosetón que ilustra la asunción de la Virgen María, es que en el siglo XX el artista Marc Chagall creó tres nuevos paneles de vitrales detrás del altar principal. Chagall fue uno de los grandes artistas del siglo XX; nacido en Bielorrusia en 1887, su obra es e una variedad notable, mezclando con maestría elementos del surrealismo, simbolismo, cubismo y fauvismo, a lo que habría de añadir el arte sacro.
Los vitrales de Chagall en la catedral de Reims se encuentran en la capilla axial, en la parte este del coro. En términos generales son una fusión de colores vibrantes que cuentan historias bíblicas, centrándose en figuras como Abraham, Moisés y Cristo. Particularmente, la ventana izquierda se centra en el Antiguo Testamento y el árbol de Jesé (el árbol genealógico de Cristo). La obra culmina con la Virgen y el Niño Dios, con halos verdes, que sugieren la vida. La ventana de enmedio narra las historias de Abraham y Cristo y la ventana de la derecha evoca la coronación de los reyes. Chagall también hizo una pieza de vidrio para la catedral de Metz.
Con esta obra Chagall logró enriquecer el patrimonio cultural de la catedral de Reims, fusionando lo antiguo y lo moderno en una expresión de belleza y devoción que deleita a los visitantes.
Y no sin estar en armonía con la visión original del abad Suger, quien modificó la estructura de las catedrales para acomodar los vitrales o "ventanas anagógicas" a través de las cuales la luz inunda el recinto como si se tratara de los rayos de la jerarquía celestial, inspirado en la teología estética de los padres de la Iglesia. Suger primero plasmó su visión teológica en la reconstrucción de la basílica de Saint-Denis entre 1140 y 1144.
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