A continuación presentamos una traducción del poema "Notre Dame", de la poeta irlandesa Kerrie O'Brien, el cual fue primero publicado en el Irish Times. El texto viene muy a propósito del momento en el que buscamos recordar la belleza de la catedral de Notre-Dame y esa sensación única de contemplar sus rosetones, su altar, los arcos de sus techos... Notre-Dame es un templo a la belleza, un lugar en donde sus creadores buscaron imprimir una luz anagógica, es decir, una luz y una forma que eleve al alma hacia los mundos espirituales de la contemplación. Este poema refleja esa sensación de entrar a la catedral y entrar a la vez a un espacio contemplativo, donde es posible que se diluyan las fronteras entre afuera y adentro, o entre la percepción y los objetos percibidos, o incluso entre el cielo y la tierra.
Notre-Dame
Ciertas mañanas
yo era la única
en ver los primeros rayos entrar-
luz
precipitándose a través de los vitrales
espolvoreando todo
rojo rosa oro azul.
La belleza era casi pavorosa
Yves Klein embadurnaba a sus mujeres
de azul
y las arrojaba al lienzo.
Pinceles vivientes
salvajes y escandalosos-
el mismo efecto.
Diferente todos los días
esta cueva cintilante
una enorme y hermosa cosa encendida.
Siempre sabía
por qué venía.
Azul oro rosa rojo
cayendo como agua
mi paseo por el río,
mi oración por la mañana.
Me acercaba lentamente
y circunambulaba el altar
cruz dorada llameante
en el centro,
anclada raíz aún.
Como es arriba, es abajo
los ojos cerrados
llenando mi corazón
con su calor
hasta que mi cuerpo
solo era
rosas y sol.
Y el miedo
se deshacía como pétalos
me creerías si te dijera
que nada se sentía separado.
Notre-Dame
Certain mornings
I would be the only one
To see the first streams of it –
Light
Tumbling through stained glass
Smattering everything
Red gold rose blue.
The beauty almost frightening.
Yves Klein would daub his women
Blue
And hurl them at the canvas.
Living brushes
Haphazard and outrageous –
Same effect.
Different every day
This glittering cave
Big beautiful lit up thing.
It knew and knew
Why I had come.
Blue gold rose red
Falling like water
My river walk,
My morning prayer.
I would step into it slow
Circling the altar
Gold cross flickering
In the centre
Anchored, rooted, still.
As above, so below
Eyes closed
Filling my heart
With the warmth of it
Until my body was
Sunlight and roses
And the fear
Fell away in petals
Would you believe it
If I told you
Nothing felt separate.