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Según los resultados de esta investigación, no es casualidad que en invierno quieras dormir más

La medicina china tradicional enseña que el ser humano debe levantarse más tarde y dormirse más tarde en invierno. En primavera se puede dormir un poco más tarde y continuar despertando a la misma hora. En verano se puede dormir todavía menos porque hay más energía en la naturaleza, es decir, levantarse más temprano e ir a dormir tarde. En otoño se recomienda empezar a dormir más temprano.

Esta modificación de los patrones del sueño según la temporada para mejorar la salud parece haber sido ahora "descubierta" por la ciencia. 

Una investigación realizada por investigadores del Hospital de St. Hedwig, en Alemania, notó algo que (curiosamente) era obvio para las sociedades tradicionales: que las estaciones del año afectan las necesidades del sueño.

En concreto, el estudio mostró que las personas tienen más movimientos oculares rápidos durante el sueño REM (por sus siglas en inglés) en invierno y además duermen una hora más que en verano.

Los resultado sugieren que incluso personas con ciclos de sueño alterados en lugares urbanos tienen mayores ciclos de REM en invierno que en verano y menos sueño profundo que en otoño.

Al respecto, recordemos que los movimientos oculares rápidos se han identificado como el rasgo característico de la fase profunda del sueño, que es al mismo tiempo la que mayor descanso provee al cuerpo y en la que se suelen presentar las creaciones oníricas de nuestra psique.

Los resultados de esta investigación sugieren que las personas necesitan más tiempo de sueño en el invierno y, de ser corroborado, se podría derivar de ello una recomendación general de salud para ajustar el sueño según la estación del año

El Dr. Dieter Kunz señaló que la sensación de que tenemos menos energía en los meses invernales –y el trabajo que nos cuesta "salir de la cama"– podría tener una base científica.

Aunque muchas sociedades tradicionales llevan a cabo estas modificaciones y muchas personas lo hacen naturalmente, buscando evitar el frío, existen casos en los que podría ser benéfica una especie de educación de higiene del sueño. Además de las recomendaciones ya conocidas, como evitar pantallas en la noche, se podría incluir una recomendación de horarios que variaran en función del momento del año.


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Imagen de portada: Aprilaire