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La educación moderna te hace perseguir un espejismo, siempre querer algo más, algo que no está allí

La educación moderna es muy distinta a la que ha existido en el mundo durante miles de años. En los últimos doscientos años se ha producido un cambio radical, que quizá no hemos notado del todo. Mientras que antes la educación tenía diferentes motivos y modelos, actualmente impera solamente uno: se educa para tener una carrera, fundamentalmente, para poder hacer dinero y escalar en la sociedad. La educación es una forma de negocio, tanto en su objetivo como en su operación.

No es que antes no existiera esto, pero es obvio que no era lo único y tampoco la cualidad predominante de la educación, como puede constatarse comparando la educación moderna con otros modelos, como el de la Grecia de Platón, la India brahmánica o la Edad Media cristiana. Por supuesto, una de las razones por las que la educación ahora sólo se enfoca en el dinero y en el éxito mundano es la secularización y la muerte de valores trascendentes.

Este cambio tiene además una manifestación particularmente nefanda, como señala el escritor Alan Watts. Watts entendió que este modelo hace que no vivamos en el presente, sino que vivamos siempre en el deseo de un futuro que nunca llega. Dice Watts:

Si la felicidad depende siempre de algo esperado en el futuro, estamos persiguiendo un espejismo que siempre resulta inaprehensible, hasta que nos disolvamos nosotros mismos en el abismo de la muerte.

Watts llama a la educación "un hoax", es decir, un engaño. Y sugiere que la educación moderna obedece a un proceso de completa insatisfacción, que siempre promete algo que nunca se concreta, por lo cual puede considerarse un fiasco:

Tomas a un niño y lo engañas y lo llevas al jardín de niños. Y en el jardín de niños le dices: '"Te estás preparando para ir a la primaria".'Y luego en primer grado, el segundo año está por venir, y así sucesivamente. Gradualmente subiendo una escalera hacia algo, hacia el progreso. Y luego llegas al final, la preparatoria, y ahora parece que empiezan las cosas. Pero no es así.

Watts agrega que lo mismo sucede en la universidad y ya en el ámbito de los negocios: "Y ahora te toca vender estas cosas, porque estás ahora subiendo la escalera en el negocio y tal vez obtengas un buen puesto". 

Así que incluso cuando supuestamente ya se llega a la meta, al lugar del que siempre se había perseguido, todavía no es el lugar, porque la verdadera razón por la que estás allí es para subir a un mejor escalafón:

Y entonces te despiertas y tienes 45 años y eres vicepresidente de la empresa, y te dices en el espejo: "He llegado. Pero me siento engañado, porque me siento igual que como siempre me sentí".

Y entonces te das cuenta de que todo tu esfuerzo fue en vano, tus sueños no eran verdaderos y es demasiado tarde, porque has gastado tu energía en algo absurdo:

Eres un materialista. Eres un fantasma, eres un abstraccionista, estás en la nada, porque nunca te dijeron y nunca entendiste que la eternidad es ahora.


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Imagen de portada: whudat.de