5 sencillas cosas que puedes hacer para evitar desarrollar secuelas después de una infección de covid-19
Salud
Por: Luis Alberto Hara - 01/14/2022
Por: Luis Alberto Hara - 01/14/2022
La pandemia de la covid-19 marcará a las generaciones actuales, y no sólo por las muertes y las infecciones agudas que provoca directamente. Existen numerosos efectos secundarios: sociales, políticos, económicos, emocionales y fisiológicos. Actualmente se discute sobre todo el tema político, luego de que muchos gobiernos estén instituyendo mandatos de vacunación y abiertamente cuestionando a las personas que se niegan a vacunarse. Al mismo tiempo, algunos consideran que la variante ómicron, aparentemente más leve (aunque mucho más contagiosa), podría significar una nueva etapa de la pandemia, alimentando la esperanza de que el virus se vuelva endémico en una versión menos nociva.
Menos discutido en los medios de comunicación, aunque claramente con una creciente presencia, es el tema de los efectos a largo plazo que puede tener una infección de covid-19. El llamado "covid persistente", "síndrome de covid prolongado" o "covid largo" (mejor conocido como long covid en inglés) es una compleja enfermedad posviral que podría afectar seriamente la vida de decenas y quizá cientos de millones de personas cuando acabe la pandemia.
En el Reino Unido, el país en el que se tienen más datos e investigación al respecto, cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales indican que en enero había 1.3 millones de británicos que reportaron tener síntomas recurrentes 4 semanas o más después de una infección. De manera alarmante, 506 mil reportan tener síntomas más de 1 año después. No existen datos precisos sobre cuántas personas alcanzan una total remisión de los síntomas. El 64% de los individuos que reportaron síntomas señaló que esta enfermedad les impedía realizar sus actividades diarias.
Se estima que entre el 10% y el 30% de las personas contagiadas continúan con síntomas 4 semanas después de la infección inicial de covid-19. En Canadá se ha calculado que más de 600 mil personas viven con covid persistente. En Estados Unidos, antes de la explosión de ómicron, se calculaba que más de 11 millones de personas habían experimentado síntomas de covid largo. En un país como México, en el que se hacen pocas pruebas y en el que las estadísticas oficiales están ampliamente rezagadas respecto de la realidad, es sumamente difícil hacer un estimado.
Entre los famosos que han compartido públicamente que padecen esta condición se encuentran las actrices Gwyneth Paltrow, Tilda Swinton, Salma Hayek y Alyssa Milano, el presentador Piers Morgan, el escritor Nassim Nicholas Taleb y numerosos futbolistas. Un estudio estadístico en Alemania e Italia mostró que 6 meses después los jugadores que habían padecido una infección experimentaban una importante disminución en su performance. En una entrevista reciente Tilda Swinton señaló que en su caso la infección de covid se seguía manifestando en que no podía recordar las líneas del guion en una película que filmó meses después de contagiarse.
El síntoma más común es la fatiga, seguido por la disnea (falta de aire), pérdida de la concentración (niebla mental), anosmia y muchos otros más (se han identificado hasta 200 síntomas). Las mujeres padecen más secuelas que los hombres y el rango de edad más prominente es de los 35 a los 50 años. Aunque parecería que las infecciones severas tendrían que producir más secuelas a largo plazo, existe información que sugiere que incluso infecciones leves pueden tener la misma incidencia y derivar en síntomas a largo plazo. Si bien la noticia de que ómicron no se reproduce con la misma facilidad en los pulmones que otras variantes es esperanzadora, esto no significa necesariamente que no produzca covid largo. Hasta el momento simplemente no se tiene información al respecto.
Aunque existen algunas diferencias, hay notables similitudes entre el covid persistente y la encefalomielitis miálgica o síndrome de fatiga crónica, una enfermedad para la cual no se ha encontrado cura y que también puede derivarse de una infección viral o bacterial inicial. Otras enfermedades que podrían tener síntomas y tratamientos en común son la enfermedad de Lyme, el síndrome Epstein Barr y la fiebre glandular, así como síndromes posvirales de otros coronavirus. Pese a que pocos tenían noción de la existencia de todo esto, las ciencias médicas tienen conocimiento previo de numerosos síndromes posvirales. Un reciente estudio mostró que la esclerosis múltiples tiene como principal causa una infección del virus Epstein-Barr. Muchos científicos creen que la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas podrían tener como causa infecciones virales. Esto supone que el síndrome de poscovid podría ser el detonador de millones de enfermedades neurodegenerativas a largo plazo.
En un principio se creía que el coronavirus era fundamentalmente una enfermedad respiratoria. Hoy se sabe que tiene acción en múltiples órganos y sistemas. Un estudio publicado en la revista de divulgación científica Nature mostró que en algunos casos la covid-19 llega a infectar los astrocitos, células gliales que son importantes para las actividades nerviosas. Esto explicaría el hecho de uno de los síntomas más comunes del síndrome posviral es la disfunción cognitiva.
Por su parte, científicos del National Primate Institute de Estados Unidos observaron en primates la presencia de neuronas infectadas, especialmente aquellas conectadas con la nariz. Después de 1 semana el virus se había esparcido a otras áreas del cerebro. Aunque es importante mencionar que esto no ha sido observado en humanos, pues no ha sido estudiado con la misma precisión, es altamente plausible que el mismo mecanismo entre en acción.
En tiempos recientes ha surgido una importante investigación sobre el misterio de qué está causando esta enfermedad que afecta múltiples sistemas. La Dra. Resia Pretorius ha encontrado la presencia de microcoágulos en la sangre de las personas que parecen covid prolongado. Pretorius encontró moléculas proinflamatorias atrapadas en los microcoágulos. La microcoagulación impide la circulación óptima del oxígeno en los tejidos, haciendo que las personas vivan en estados crónicos de hipoxia. De este trabajo pionero se deriva un prometedor tratamiento conocido como HELP Apheresis, que hasta hace poco sólo existía en Alemania y en el cual los coágulos son filtrados con un tratamiento similar a la diálisis.
Aunque hay importantes avances en el diagnóstico y el tratamiento, hasta el momento los resultados están muy lejos de ser satisfactorios. El covid largo podría convertirse en uno de los problemas de salud más costosos en las siguientes décadas. Pese a ello, muchas personas aún no creen que el virus exista (lo cual es muy distinto a que pueda ser usado para servir a ciertas agendas políticas).
Ante esta situación, la mejor manera de evitar la posibilidad de desarrollar una condición crónica es no contagiarse. Sin embargo, con la variante ómicron eso es más difícil. Pero por suerte hay cosas que se pueden hacer para evitar que una infección se convierta en una condición paralizante que trastorna la vida entera (véase, por ejemplo, el caso de esta mujer que se suicidó 13 meses después de padecer este síndrome, dejando a una hija de 13 años).
Los siguientes cinco puntos son cortesía de Gez Medinger, un periodista británico que padece esta enfermedad y que ha entrevistado a los expertos mundiales en la investigación de este tema y participado en diversos congresos y seminarios. Hay que decir que hasta el momento no hay un protocolo estándar médico para evitar desarrollar esta enfermedad. Aunque sería mejor tener información sujeta a una investigación científica, estas indicaciones son el resultado de las experiencias de miles de personas y las recomendaciones de numerosos expertos. Si se cumplen los siguientes cinco puntos, aunque no se puede garantizar del todo, ciertamente se reducen los riesgos de desarrollar covid largo.
Este parecería un punto al mismo tiempo obvio y marginal, pero es sin duda el más importante. Y no sólo para evitar desarrollar este síndrome posviral sino para evitar recaídas en las recuperación. Muchas de las personas que han adquirido la condición crónica, cuya característica dominante es la fatiga, señalan que empezaron a sentir la intensificación de síntomas después de hacer ejercicio o someterse a estrés. Esto también explica por qué existe una gran cantidad de enfermos que solían tener una gran condición física: el hecho de tener el hábito o incluso la adicción de hacer ejercicio hizo que muchos se precipitaran a la actividad y no permitieran que su cuerpo descansara. Asimismo, algunos teorizan que al hacer ejercicio, los restos del virus podrían circular hacia otras partes del cuerpo.
La mejor manera de descansar es aprendiendo a medir y pausar los esfuerzos (lo que en inglés se llama pacing). Se recomienda descansar 1 mes después de una infección e ir gradualmente incrementando los esfuerzos. Tomar una vacación a un lugar lejos del estrés en la naturaleza, aunque imposible para muchos, sería lo ideal.
Tomar aspirina en dosis bajas podría ser una buena idea para evitar el desarrollo de microcoágulos.
La niacina podría ayudar a recobrar las vías metabólicas que son perturbadas por la infección viral. La idea es interrumpir los ciclos disfuncionales que se perpetúan con el covid persistente. Asimismo, diversos reportes de pacientes muestran que el tratamiento con dosis elevadas de niacina es uno de los que mejores resultados presentan en el combate de los síntomas de fatiga y niebla mental.
Las personas que padecen alergias podrían beneficiarse de tomar antihistamínicos para evitar el ciclo de reacción e hiperinflamación que caracteriza a la covid. Sobre esto se puede consultar el trabajo de la Dra. Tina Peers.
Se recomienda no regresar al trabajo semanas después de una infección o al menos evitar situaciones de alto estrés.