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'El séptimo sello' de Ingmar Bergman: la película ideal para ver en la cuarentena (VIDEO)

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 03/29/2020

"El séptimo sello" de Bergman, la gran obra que retrata los estragos causados por la peste negra de una manera poética y enigmática

Ingmar Bergman fue, sin duda, uno de los más grandes directores de cine del siglo XX. Su obra debe contarse como una de las más importantes en la historia del llamado "séptimo arte", en compañía de directores como Tarkovsky, Kurosawa, Antonioni, Orson Welles, Godard y algunos otros más.

Es difícil elegir una sola película para ejemplificar la genialidad de Bergman, pero muchos seguramente optarían por El séptimo sello (1957), su obra maestra de fantasía negra que hoy, en el tiempo en el que la sociedad vuelve a a estar obsesionada, no sin razón, con las epidemias (o lo que antes se conocía como "la peste"), cobra renovado interés, pues es una forma artística de apreciar y dimensionar un tema recurrente.

La obra de Bergman hace referencia al Libro del Apocalipsis, atribuido a Juan de Patmos (posiblemente el mismo Juan del Evangelio) y que, en el canon bíblico del cristianismo, cierra el llamado Nuevo Testamento. En este texto de corte profético se dice: "Y cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se hizo en el cielo un silencio que duró media hora y los siete ángeles que tenían las trompetas se pusieron a tocarlas". El "séptimo sello" al que se alude es el último en una serie de "seguros" que, en la visión profética de Juan, posee el libro o pergamino que contiene la visión que se le está ofreciendo; cada sello es liberado paulatinamente según el Cordero considere que la visión puede continuar y el contenido de la profecía ofrecerse.

En el caso de la película de Bergman, la historia sigue el regreso de un caballero de las cruzadas a Suecia, país que se encuentra avasallado por la peste, nada menos que la peste negra, la epidemia más mortal de la historia. El caballero se encuentra con la Muerte y juega una partida metafísica de ajedrez, la cual tiene lugar a la par del desarrollo de la historia. En uno de los diálogos más célebres, el caballero Block y la Muerte conversan lo siguiente:

—¿Quién eres tú?
—La muerte.
—¿Es que vienes por mí?
—Hace ya tiempo que camino a tu lado.
—Ya lo sé.
—¿Estás preparado?
—El espíritu está pronto, pero la carne es débil. Espera un momento.
—Es lo que todos decís, pero yo no concedo prórrogas.
—Tú juegas al ajedrez, ¿verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—Lo he visto en pinturas y lo he oído en canciones.
—Pues sí, realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
—No creo que seas tan bueno como yo.
—¿Para qué quieres jugar conmigo?
—Es cuenta mía.
—Por supuesto.
—Juguemos con una condición, si me ganas me llevarás contigo, si pierdes la partida me dejarás vivir. Las negras para ti.
—Era lo lógico, ¿no te parece?

En ese espacio elíptico se desarrolla la cinta. El caballero se mueve por el paisaje desolado por la peste (por lo demás, bellísimamente fotografiado) y mientras avanza se va encontrando con los efectos macabros de la Muerte, la protagonista secretamente omnipresente, que siempre lo acompaña. La Muerte le pregunta si ha hecho ya "ese acto significativo". Algunos han leído la película como una alegoría de Suecia y de la vida misma de Bergman, pero también se podría decir, como de todas las grandes obras, que es una alegoría del tiempo y de nuestra relación con la muerte.

Es en momentos como el actual cuando recordamos que esta relación es constante, por más que se reprima.  

En YouTube se puede encontrar la película con subtítulos en español.

 

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