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¿Te has preguntado cuánto gastas al año en comprar ropa? ¿Cuál es el impacto medioambiental de la producción de las prendas que compras? ¿Te gustaría gastar menos pero también contribuir al cuidado del medioambiente?

La vestimenta es una necesidad básica de todo ser humano. Todas las prendas tienen una función: cubrirnos del frío, mantenernos frescos o proteger nuestra piel. Pero la vestimenta también tiene una función social: nos da identidad, ya sea local, regional, nacional o generacional. La ropa que usamos habla de nosotros, de quiénes somos, qué nos gusta, además de que hay prendas que se usan en determinados eventos o para ciertas actividades.

Sin embargo, en nuestra época la industria textil y de la moda se ha convertido en una de las principales fuentes de contaminación ambiental, en diversos niveles. En general, el motivo principal de esta situación es el hecho de que la ropa ha pasado a adquirir un carácter casi desechable: los costos generales de producción se han abaratado tanto (a costa también del medioambiente y de la explotación laboral) que los mercados se inundan con millones de prendas a precios sumamente accesibles, lo cual a su vez ha provocado que millones de personas en todo el mundo compren ropa incesantemente, incluso cuando estrictamente no la necesitan. En pocas palabras, el consumo exacerbado de prendas es la razón de fondo de que esta industria esté amenazando seriamente el equilibrio natural del planeta.

Con el espíritu de generar conciencia sobre esta situación, te compartimos algunas recomendaciones para que tus hábitos de consumo de ropa sean más ecoamigables y responsables tanto con el medioambiente como con tu bolsillo.

 

Pon atención al tipo de tela de la prenda

De lejos una prenda puede ser de tu agrado, pero una vez acercándote y tocando la tela, te puedes dar cuenta de que es muy delgada y que puede rasgarse con facilidad. También debes fijarte si es el tipo de tela que a medida de que la laves se va a despintar o a estirar. Así podrás hacer un cálculo de cuánto tiempo te va a durar. No importa si decides comprar ropa en tiendas o ropa de segunda mano.

 

Privilegia tu comodidad

Aprovechando que ya estás revisando la calidad de la tela, fíjate también si el tipo de tela hace de la prenda algo cómodo para usar. No compres nada en lo que no te sientas cómoda o cómodo. Te sugerimos que cuando te pruebes la prenda te muevas de cualquier manera posible, hagas unas cuantas sentadillas y levantes los brazos, así vas a saber qué tanto movimiento te permite y si te sientes cómodo con ella. Además, también vas a poder sentir si la tela es suave y agradable para tu piel. Priorizar tu comodidad es una muy buena estrategia tanto para desarrollar un estilo propio (no importa el tipo de ropa que te guste o la moda que sigas) como para sentirte a gusto con tu ropa por más tiempo.

 

Considera tu guardarropa entero

Pon atención en si las prendas que compras pueden combinar con otras cosas que ya tengas. Fíjate si las nuevas prendas te permiten combinar atuendos que ya tengas en casa para que no compres sólo una combinación cada vez que necesites ropa nueva.

 

Prevé tus compras e infórmate

Saber a qué tiendas ir, tener en mente qué tipo de prendas quieres comprar o qué tipo de prendas necesitas son algunas formas en que puedes planificar tus compras de ropa. Además de que esto puede representar para ti un ahorro de tiempo y dinero (pues, por ejemplo, puedes verificar y comprobar precios previamente en los sitios web de las tiendas), en el proceso puedes enterarte también de las políticas de protección al medioambiente que tiene una empresa, si usan materia prima de orígenes sustentables, si cuentan con una política de reciclaje de prendas, etcétera.

 

Aprovecha las ofertas

Es importante saber cuándo son las temporadas de rebajas, para poder ahorrar un poco de dinero. Sobre todo si, por ejemplo, durante la temporada normal viste una prenda que te gustó mucho, esta es una gran oportunidad de pagar un poco menos por ella.

 

Evita los envíos a domicilio

Es mejor comprar en tiendas que en línea, ya que el envío de paquetería, además de casi siempre tener un costo extra, implica el uso de combustibles para su traslado. Si recurres a la opción de compra en línea por razones personales, para evitar el envío a domicilio puedes optar por la modalidad "pick up" que tienen ya varias tiendas de ropa, esto es, adquirir tus prendas en el sitio web de la tienda pero recogerlas personalmente en una sucursal cercana.

 

Recurre al mercado de saldos o de segunda mano

Ciertas prendas las puedes comprar en establecimientos de saldos o de segunda mano. Puede ser en bazares o mercados similares.

 

Recurre al trueque entre amigos

Una buena idea es hacer un trueque de prendas con tus amigos una o más veces al año. Puedes intercambiar prendas que ya no usas por otras que a tus amigos ya no les queden o que han usado poco.

 

Depura tu clóset

Recomendamos hacer esto dos veces al año, sobre todo con el cambio mayor de estaciones. Así, cada vez que cambies tu guardarropa dependiendo de la estación del año vas a tener la oportunidad de saber qué prendas tienes que ya no quieres, o que has usado poco, ver cuáles puedes donar, cuáles vender o intercambiar y cuáles puedes reciclar. 

 

Cuida tu ropa al lavarla…

Procura lavar tu ropa en sólo dos cargas al mes. Hay prendas pequeñas que puedes lavar a mano, como calcetines o ropa interior. Un buen consejo es lavarlas mientras te bañas, así ahorras el agua de la carga de la lavadora y también te ahorras un poco de tiempo. 

Es recomendable que las prendas que son de mezclilla como pantalones o chamarras, las laves una o dos veces al año (por más sorprendente que suene). La mezclilla está diseñada para tener un uso prolongado. Cada vez que laves prendas de mezclilla, las prendas tienen que ir al revés, lavarse con agua fría y sólo con detergente, sin suavizantes, ya que además de que esto desgasta más rápido la tela, la mayoría de los suavizantes contienen químicos que no son biodegradables.

 

Y al secarla…

Procura secar la ropa al aire libre y sin usar una secadora, así ahorras el consumo eléctrico. Otra recomendación es no llevar tu ropa a tintorerías, pues estos establecimientos usan químicos muy dañinos para la salud de los trabajadores y también para el aire y agua que consumen. 

 

¿Qué te parece? ¿Tienes algún otro consejo para un consumo más ecoamigable de la ropa?

 

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