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Una escena digna de una obra cyberpunk

Chile está viviendo un momento de altísima intensidad política. Las masivas protestas en contra del gobierno de Sebastián Piñera ya suman más de 26 días y la tensión sigue escalando. La gente busca la renuncia del presidente y una reforma constitucional; se protesta por decisiones como un impuesto al transporte y la desigualdad generalizada. La represión de las protestas, incendios y otros altercados ha producido ya dos decenas de muertos y serias consecuencias económicas.

Más allá del embrollo político, las protestas han hecho eco en el mundo por un nuevo modo de organización que se repite -previamente utilizado en Hong Kong-: el uso de rayos láser de manera organizada para afectar los aparatos de vigilancia y reconocimiento facial de las autoridades.

En este caso, los manifestante chilenos lograron derribar un dron policial, para festejo de la muchedumbre, al dirigir sus lásers de manera unifocal. La escena fue celebrada en el mundo como una hazaña de comportamiento o estética cyberpunk, una especie de triunfo de la organización civil, en el que el protagonista es la tecnología versus la tecnología.

Pese a la información difundida en algunas partes, el suceso no se debió a la energía de los rayos focalizados en el dron policial. Se cree más bien que la caída de este aparato ocurrió porque la acción concentrada del láser impidió que el dron pudiera ubicarse geográficamente y esto detonó un comportamiento errático, el cual finalmente lo llevó a desplomarse, sellando de esta manera un momento memorable para los manifestantes.

 

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