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Previo a considerar la profilaxis postexposición (PEP) como una opción, es importante contemplar que existen medidas preventivas para la salud sexual

Conocido como “píldoras del día después del VIH”, este tratamiento está salvando la vida de cientos de personas que han estado expuestas al virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Tan sólo en México, en 2016 había alrededor de 220 mil personas viviendo con VIH, entre ellas mujeres embarazadas y personas que habían sufrido alguna violación y otras situaciones de riesgo. Desgraciadamente, el acceso a terapia o a un tratamiento profiláctico para prevenir la transmisión rondaba los 10 mil 500 pesos mexicanos (un equivalente de 550 dólares). 

De acuerdo con la oficina de la ONU en México, las poblaciones que más se enfrentan a la exposición al VIH son mujeres heterosexuales con pareja estable (cuyas parejas son quienes transmiten la infección), personas que han sufrido una violación, recién nacidos cuya madre portaba el virus, gente que consume drogas mediante inyecciones (compartiendo la aguja), sexoservidoras, prisioneros y personas tanto gays como trans. 

 

Promoción para la salud sexual: medidas preventivas y acciones para combatir el VIH

Previo a considerar la profilaxis postexposición (PEP) como una opción, es importante contemplar que existen medidas preventivas para la salud sexual. Es decir que la PEP es un medicamento antirretroviral de emergencia que se debe tomar sólo en caso de haber estado expuesto al virus y cuando las medidas preventivas fallaron en su función. 

Los especialistas en la salud sexual, como médicos, sexólogos, educadores sexuales y promotores de la salud sexual, recomiendan: 

  • Realizarse al menos una vez al año pruebas analíticas de ITS/ETS.
  • Solicitarle a la pareja unas pruebas analíticas de ITS/ETS, rompiendo el mito del amor romántico de que eso es antisexy o que hay sospechas de infidelidad.
  • Usar preservativos (condones) para cualquier práctica sexual: sí, desde el sexo oral (para ella y él) hasta la penetración (principalmente anal).
  • Comunicación honesta y asertiva con la pareja (sexual) sobre las condiciones de salud.

No obstante, hay ocasiones en que las mentiras, la inseguridad social o la discriminación general pueden tener un impacto en la salud de distintos sectores de la población sin acceso a tratamientos antirretrovirales. Frente a ello, en casos extremos, la profilaxis postexposición (PEP) es el apoyo de emergencia. 

 

Antirretrovirales de emergencia tras una exposición al VIH

La PEP se puede ingerir a partir de las primeras horas y hasta máximo 72 horas después de haber estado expuesto al virus. Mientras que en el caso de adultos basta una píldora diaria de tenofovir (TDF) de 300mg + emtricitabina (FCT) de 200mg + efavirenz (EFV) de 600mg, en niños el tratamiento consiste en Zidovudina (AZT) y lamivudina (3TC), con lopinavir potenciado con ritonavir (LPV / r).

Sin embargo, una vez que se empieza tomar la PEP, es importante continuar con el tratamiento completo, una o dos veces al día durante 28 días, sin olvidarse de las medidas preventivas anteriormente mencionadas. 

En México, existe un desconocimiento general sobre la PEP en hospitales generales públicos y privados. Y mientras que en la farmacia cuesta alrededor de 10 mil 500 pesos (aproximadamente 550 dólares), en la Clínica Condesa en la Ciudad de México y los CAPASITS en distintos estados de la República, se brinda de manera gratuita el medicamento. 

Recuerda que el autocuidado también forma parte del ejercicio de la sexualidad.

 

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Fotografía principal: Getty Images