Estas actividades manuales te ayudarán a reducir tu ansiedad
Salud
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 10/22/2019
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 10/22/2019
En algunas notas anteriores hemos hablado de los beneficios que las actividades manuales tienen para la salud mental, específicamente en personas cuya psique tiende a generar estados como la ansiedad, el estrés o la angustia.
Como se sabe, las actividades manuales son tan benéficas que incluso ciertas corrientes psicológicas las han adoptado desde hace tiempo bajo el nombre de “terapia ocupacional”, pues en ciertas personas es posible aplicarlas como recurso que contribuye al alivio de ciertos síntomas.
Como veremos a continuación, este efecto no es casual, pues por su propia naturaleza, las actividades manuales tienen un poderoso efecto sobre la mente, pues en general combinan la concentración con el placer, sin duda la mezcla que más aprecia nuestra psique. Veamos.
Para muchas personas, cocinar es una actividad sumamente relajante, sobre todo cuando se hace con gusto y con el propósito de complacer (a veces a uno mismo, a veces a otros).
Por otro lado, cocinar nos mantiene en el presente porque involucra prácticamente todos nuestros sentidos: el olfato, el tacto, el gusto, la vista y aun el oído. De todo esto se deriva que nuestra atención se enfoca necesariamente en el aquí y el ahora.
En ese sentido, si optas por cocinar, te sugerimos tomarte tu tiempo para hacerlo. Ya sea que se trate de una receta sencilla o muy elaborada, un plato para ti o para tus invitados, una receta que conoces de memoria u otra que pruebas por primera vez (¡o incluso que estás inventando!), hazlo con calma y con atención.
La jardinería es otras de las actividades predilectas de quienes buscan encontrar la tranquilidad en una actividad manual. En este caso, además, se suma el hecho de que dicha actividad se realiza en contacto con la naturaleza, lo cual suele agregar un componente particularmente estimulante.
Ciertos estudios han encontrado que al estar rodeados de naturaleza, nuestro cerebro entra casi automáticamente en un estado conocido como “red neuronal por defecto”, el cual se caracteriza por una atención volcada casi por completo al interior y a los procesos propios del cuerpo y de la mente. Un ejemplo de dicho estado es el sueño, en el cual nuestra preocupación por el exterior cesa y el cerebro se ocupa con tranquilidad de las funciones vitales que nos permiten sobrevivir.
Esta comparación es interesante porque eso quiere decir que la jardinería puede verse como una actividad que nos sume en un dulce vagabundeo de la mente, sin que nada nos turbe ni nos moleste.
Por otro lado, cabe mencionar que si bien, en sentido estricto, la jardinería significa ocuparse de un jardín, lo cierto es que en todas las épocas la disciplina ha tomado múltiples expresiones. Los japoneses inventaron el cuidado de bonsáis y el cultivo de ikebanas. En las grandes ciudades es común tener “jardines de balcón”. Los terrarios dentro de recipientes de cristal también se han popularizado para el ornamento de interiores. Y así sucesivamente. Es decir, hasta cierto punto aun en los espacios más reducidos es posible practicar la jardinería.
Además de su carácter manual, todo indica que tejer es una actividad relajante sobre todo porque implica un movimiento repetitivo que necesita, sin embargo, de una atención constante.
Asimismo, sus beneficios para el cerebro a nivel neuronal también han sido comprobados, al grado de que se le usa como tratamiento para padecimientos como la depresión o para prevenir el Alzheimer.
En ese sentido, hay estudios que comparan el tejido con el tipo de meditación conocido como “atención plena” (mindfulness), pues como en ésta, tejer requiere de que la mente esté concentrada pero no tensa, sino al contrario, tranquila.
Dibujar suele ser para los niños una actividad que los mantiene calmados pero también concentrados y activos. Esto no es una casualidad, pues como en el caso del tejido, dibujar también posee esa combinación benéfica de repetición y concentración que hace a la mente nadar en el dulce sopor de la atención activa.
Sin embargo, en este caso en particular, como ocurre con otras actividades creativas, dibujar también implica cierto grado de creatividad y espontaneidad, por lo cual su efecto tranquilizante también parece estar relacionado con la posibilidad que le brinda a una persona de encontrar una nueva vía de expresión para su psique.
A este respecto, recordemos que Carl Jung, en cierto momento de su práctica terapéutica, hacía que sus pacientes dibujaran mandalas, como medida para aliviar su tensión o su sufrimiento.
La alfarería, la escultura, la carpintería, el bordado, la panadería, la caligrafía, la encuadernación y otras actividades afines pueden ser también grandes opciones para aliviar el estrés y la ansiedad.
Como hemos visto en los ejemplos anteriores, que la mente esté activa y concentrada parece ser la fórmula precisa para llevar a nuestra psique al aquí y al ahora, lo único que necesita para reencontrar el camino de la paz.
¿Qué te parece? ¿Qué actividades agregarías tú o cuál es tu experiencia al respecto? No dudes en compartirnos tu opinión en la sección de comentarios de esta nota o través de nuestros perfiles en redes sociales.
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