*

Andrea Lacoste, un prometedor electropop que enamora y juega con un lado oscuro

Arte

Por: Jimena O. - 07/25/2018

El segundo disco de la venezolana Andrea Lacoste la consolida como una figura emergente del pop latinoamericano, con una propuesta que busca trascender lo meramente comercial

La cantante y productora venezolana Andrea Lacoste es una de las artistas nuevas más interesantes en el pop electrónico latino. Lacoste tiene una linda voz, con una especie de potente inocencia, que apela a la dulzura pero que alcanza a revelar un lado introspectivo más complejo y profundo, que ella identifica con la melancolía. La niña crece y se viste de "cuero". Lo más interesante es que Lacoste escribe los temas, toca la guitarra, el teclado, una especie de ukulele venezolano y programa y produce los sonidos. Aparentemente, estudió producción musical en México. Al parecer, se vale por sí misma para hacer música que crea, más que otra cosa, belleza y un espacio para sentir e imaginar.

Su segundo disco, En la boca del , parece ser su graduación. El disco muestra una paleta de sonidos que van desde canciones muy pop que hablan de amor, hasta exploraciones más oscuras que se acercan a una electrónica industrial, más hipnótica. Todo es una especie de gran seducción, electropop lleno de energía, sonidos y letras enamoradizas en varios idiomas (es políglota), con una gran dinámica. Por momentos recuerda algunos de los discos de Disco Ruido, con exploraciones más oscuras tipo Nine Inch Nails (obviamente, guardando gran distancia) y por supuesto, a veces, a una de esas pop stars que abundan (pero que no conocemos mucho). El disco no es completamente redondo, algunos tracks se repiten sin aportar mucho y caen en lugares comunes. Pero no hay duda de que promete, especialmente porque no existen muchas artistas latinoamericanas que hayan podido dar el salto de lo que es meramente pop comercial a una música con una aspiración estética más alta, sensible a influencias literarias y artísticas. Lacoste combina una imagen atractiva -que permite que el púbico se identifique, aspire o desee- con un obvio talento musical. Lo cual augura éxito. 

En su sitio, explica el sentido de su composición:

Quiero que la gente se transporte a otros espacios mientras reflexiona. Mis letras son variadas, no siempre son de amor, pero siempre busco que nos toquen de alguna forma. Que nos den impulso o energía, que nos generen melancolía.