*

Continuamos el recorrido cronológico a través de las películas que hicieron de los efectos especiales, la aventura, el asombro y la taquilla, recursos insoldables de la industria cinematográfica

En esta segunda parte de nuestro primer decálogo sobre las 10 películas que definieron el fenómeno de los blockbusters, continuamos el recorrido cronológico a través de las películas que hicieron de los efectos especiales, la aventura, el asombro y la taquilla, recursos insoldables de la industria cinematográfica. Los siguientes títulos abordan la política, la ciencia, la crítica social e incluso un viso a la crisis filosófica que definirá gran parte de la ciencia ficción del nuevo milenio, caracterizado por adaptaciones literarias, sagas, franquicias que apelan a la nostalgia, que continúan e irrumpen fórmulas probadas, pero que en todo caso, homenajean, parodian o recurren a las cintas que buscando el impacto taquillero también consiguieron cimentar un legado cultural. Actualmente y a diferencia de los clásicos blockbusters, creativos, dinámicos e irreverentes como Los cazafantasmas (1984) de Ivan Reitman, las nuevas apuestas taquilleras han sucumbido a los altos costos de producción y por ende al aumento considerable en su recaudación para validarse. En la actualidad, Star Wars sigue siendo el referente, los superhéroes dominan como Los vengadores (2012) y la tercera película más taquillera de la historia a nivel global, Mundo jurásico (2015), debe su recaudación a la nostalgia de la cinta que le dio origen, pero ese tema lo comentaremos en otros artículos. Por ahora recapitulamos la primera parte del presente artículo; así, a modo de resumen, abordamos el suspenso de Tiburón (1975), el poder de la fuerza en La guerra de las galaxias (1977), el espíritu aventurero de Cazadores del arca perdida (1981), la añorada nostalgia del devenir en Volver al futuro 1985 y la sugerente pasión por el aire en Top Gun (1986). Cada una de ellas se convirtió en la cinta más taquillera de su año y cumplió el canon descrito sobre el fenómeno blockbuster de verano.

 

 

6- BATMAN

(1989, Dir. Tim Burton)

No podríamos entender Spiderman (2002) de Sam Raimi, Iron Man (2008) de Jon Favreau y la trilogía sobre Batman de Christopher Nolan, sin apelar a cuatro cintas de superhéroes que cumplen el canon del blockbuster fundacional: Superman (1978) y Superman II (1980), así como Batman (1989) y Batman regresa (1992). En ambos casos el guión, audacia y dinámica dirección, dieron sentido a la inversión y al consecuente apego de la audiencia. En ambas producciones, las primeras dos entregas de las sagas estuvieron dirigidas por el mismo director, y en ambas el cambio de realizador afectó en demasía y casi hasta el exterminio sus respectivas franquicias, antes de recibir reanimación en décadas posteriores. Cabe señalar que mientras en Superman Christopher Reeve se apoderó del personaje y lo volvió casi ininterpretable, Michael Keaton emigró de la saga antes de que ésta se congelara en el ridículo y la desolación. Irónicamente es Keaton quien ofrece un concierto interpretativo en Birdman (2014) de Alejandro González Iñárritu, profundizando la dualidad, casi hologramática y cual sentencia, de los actores que protagonizan a superhéroes y terminan siendo villanos de su popularidad. A ritmo de Prince, Batman encendió el último año de los años 80 e inundó las calles con playeras, llaveros, juguetes, calcomanías y todo aquello que pudiera comercializarse con el hombre murciélago y su icónico logo. Jack Nicholson daba una vez más cátedra y Kim Basinger derrochaba la sensualidad casi limitada al erotismo que la había desbordado desde la sumisión en 9 semanas y media (1985). Nicholson hizo de su Joker un festín del cómic, que bien acompaña Jack Palance. Casi 2 décadas después, gracias a la trilogía de Nolan, Heath Ledger y su oscareado Guasón psicológico en El caballero de la noche (2008), mentalmente perturbado desde la ingenuidad de la locura elevará al Guasón al pináculo del limbo psicológico y la confrontación moral. Con Batman, Burton continuó la mancuerna que Beettlejuice (1987) había iniciado con Keaton y que brindó un sello único a su filmografía. Cuando Burton se retiró de Batman, redimensionamos la valía nocturna y definida de su mundo.

Muchas cintas de superhéroes han rebasado con creces la taquilla de la primera Batman y muchas más han repetido el éxito en sus secuelas como quizá Batman no pudo lograrlo, sin embargo, el impacto cultural que en 1989 logró, le otorga un lugar de privilegio en la memoria emocional de quienes admiraron emerger el batimovil de su cueva, y la afirmación de Bruce Wayne respecto de su otro yo: “I am Batman”.

 

7- TERMINATOR 2: EL JUICIO FINAL (Terminator 2: The Judgement Day)

(1991, Dir. James Cameron)

Si Steven Spielberg y George Lucas son considerados los padres, reyes y precursores del blockbuster, James Cameron es el emperador. Su ojo clínico le ha llevado a estrenar dos películas en los últimos 20 años: Avatar (2009) y Titanic (1997), las más taquilleras a nivel mundial. Esto nos lleva a reflexionar sobre quienes han ocupado el título de ser director de las películas con mayor recaudación, una realidad por demás reveladora. Desde 1975 y hasta 2015, el título de la película más taquillera en Estados Unidos perteneció aleatoriamente a Steven Spielberg, George Lucas y James Cameron. Esta sinergia concatenada culminó, relativamente, en 2015, cuando J. J. Abrahams estrenó El despertar de la Fuerza precisamente basada en Lucas. A nivel mundial no ha habido cambio aún, y aunque Lucas tiene el cetro de la inspiración comunal, Cameron ostenta en solitario el trono. Pero es cuando Cameron aún experimentaba con recursos limitados, maquetas y arriesgados montajes, que Terminator (1984) emerge dentro de las independientes sorpresas de la industria, el exterminador agitó las mentes y la persecución del villano se volvió interminable, también lo hacía la reflexión de la ciencia y la tecnología en un viso del poder de la máquina sobre el hombre. Así, tras Aliens (1986) y El secreto del abismo (1988), Cameron ofrece Terminator 2: El juicio final, una obra maestra de la ciencia ficción y un festival de efectos especiales que hizo de las maquetas y ajustes por computadora un espectáculo líquido. La banda sonora genera en el espectador un dolor incisivo al igual que “You Could Be Mine”. Edward Furlong y Arnold Schwarzenegger encarnado en el visitante del futuro ofrecen un espectáculo que no volverá a verse en la saga, como tampoco Cameron estará tras la cámara de su creación.

 

8- PARQUE JURÁSICO (Jurassic Park)

(1993, Dir. Steven Spielberg)

La experiencia sensitiva que ofreció Steven Spielberg en 1993 es un auténtico concierto visual, una epifanía orquestada desde su dirección, George Lucas en los efectos especiales gracias a su Industrial Ligth and Magic, y John Williams en la musicalización. La vivencia es única y tiene que vivirse en pantalla grande para describir lo que hace casi 25 años provocó al poder apreciar dinosaurios y, más aún, verlos interactuar en un parque temático fallido con los humanos. El hombre cazador vuelto presa, la manipulación genética y el cine como entretenimiento, podrían definir a Parque Jurásico como una película quintaesencial del fenómeno blockbuster. Quienes se asombraron a principios de siglo con los efectos visuales y sonoros de la premiada saga de El señor de los anillos de Peter Jackson, y de la saga no premiada mas sí taquillera, Transformers de Michael Bay, podrán dar fe de la experiencia sensorial única e irrepetible de la primera vez, llámese El sexto sentido de M. Shyamalan, por citar un ejemplo. Sam Neil, Laura Dern, Jeff Goldoblum y Richard Attenborough comparten créditos con el Tiranosaurio Rex.

 

9- DÍA DE LA INDEPENDENCIA (Independence Day)

(1996, Dir. Roland Emmerich)

Si Harrison Ford, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Tom Cruise y Eddie Murphy dominaron la taquilla de los años 80, los años 90 fueron testigos del dominio del mismo Ford, el surgimiento taquillero y laureado de Tom Hanks, los años dorados de Mel Gibson, Kevin Costner y Jim Carrey, así como el cenit del reinado del propio Cruise, quien sin descanso, ha prevalecido produciendo propuestas innovadoras en la actualidad, Al filo del mañana (2014) de Doug Liman es un ejemplo. En esa última década del llamado star power, surge una nueva estrella de dimensiones colosales: Will Smith. Estrella de la televisión, Smith es una de las principales causas por las que ID4: Día de la independencia es uno de los mayores éxitos de taquilla de la década, una obra primigenia, sin más pasado que los componentes políticos, y del llamado a la aldea global siempre y cuando ésta esté liderada por la principal potencia económica.

Día de la independencia parte de una premisa que parece simple y que se resuelve con la sencillez con la que puede relajar la fumada de un puro. Roland Emmerich dirige esta propuesta de ataque y contraataque, de humor, dinamismo, compañerismo y heroísmo sin reservas ni distinciones, más que las ya citadas y atribuidas a la representatividad. Smith derrocha carisma, se apodera de cada escena y logra la empatía necesaria para cargar con la única posibilidad de salvar a la humanidad mientras debe salvar a su familia, esta condición humana une al héroe del pueblo con el  héroe político interpretado por Bill Pullman, logra la mancuerna del pueblo y la autoridad, mas no en comuna sino resguardando las atribuciones de su encargo; el resultado: una espectacular película de verano.

 

10- MATRIX

(1999, Dir. Wachowski Brothers)

El verano de 1999 esperaba con ansia el regreso de La guerra de las galaxias en su Episodio I, para así develar el inicio de Darth Vader vía Anakin Skywalker, villano y héroe por antonomasia de los blockbusters, personaje estelar del cine contemporáneo y que este año cumple 4 décadas de definir la forma de presentar la mitología y sus mitos clásicos en el cine, proceso vital que da sentido a su narrativa. No obstante, el verano de aquel año también atestiguó, entre otras películas, el terrible fracaso de Salvaje, salvaje oeste protagonizada por Will Smith, y el polémico estreno veraniego, la polémica cinta final de Stanley Kubrick, Ojos bien cerrados, con Nicole Kidman y Tom Cruise. Mientras Episodio I y Ojos bien cerrados provocó a la audiencia desde el thriller psicológico, fue Matrix de los hermanos Wachowski la cinta que brindó al verano el asombro de los efectos visuales y el entretenimiento propios del verano, legando un verano permanente que se ha convertido en un icono visual de fin de siglo. Habitar una realidad que nos es dada y darla por hecho es parte de la supervivencia de la vida, pero retar el dogma, ponerlo en duda, averiguar su origen y descubrir la posibilidad de una realidad alterna que nos envuelve, invita al espectador a insertarse en ese espacio-tiempo que puede manipular la energía, la estática y la dinámica del movimiento.

Neo, interpretado por Keanu Reeves, es el reflejo de la posmodernidad, donde las posibilidades de la estructura y de la funcionalidad de los sistemas sucumben ante nuevas creencias. Matrix enjuicia y revela religiones, sistemas políticos y los afectos dados por la resignación o la costumbre, para hacer del “elegido” una alternativa emancipadora de la realidad. Neo busca liberar y transforma su propia cotidianidad en la destreza que controla su entorno y redimensiona, donde para los hermanos Wachowski, el mensaje mismo es un desafío. El devenir mostraría que los directores en propia experiencia harían de la vida un reto a lo dado por transitar hacia el deseo, en un claro mensaje de emancipación existencialista. Hacia fin de aquel año y a medida que terminaba el siglo para iniciar el nuevo milenio, varias  películas hicieron mella en el establishment familiar, religioso y espiritual. Belleza americana de Sam Mendes, El sexto sentido de M. Shyamalan o Magnolia de Paul Thomas Anderson, provocarán corales guiños de reveladora perturbación, las mismas sensaciones cautivas que convergieron en Matrix aquel verano de 1999.

 

*Iván Uriel Atanacio Medellín: Escritor y documentalista. Considerado uno de los principales exponentes de la literatura testimonial en lengua hispana. Sus novelas El surco y El Ítamo, que abordan la migración universal, han sido estudiadas en diversas universidades a nivel internacional. Dirigió los documentales La voz humana y Día de descanso. Es director editorial de Filmakersmovie.com.