Este día, el grupo de comedia Les Luthiers fue reconocido con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, sin duda uno de los más importantes que se otorgan para reconocer el cultivo y difusión de la cultura en el mundo.
Entre otros que han obtenido el galardón se cuentan el legendario periodista Ryszard Kapuściński, el escritor y lingüista Umberto Eco y la filósofa María Zambrano (la primera en recibirlo, de hecho), nombres que a primera vista podrían contrastar con el de dicha agrupación argentina. Lamentablemente, el humor no suele estar incluido en nuestra idea de cultura, acaso porque tampoco es usual que los comediantes más populares destaquen también por su inteligencia.
Les Luthiers, sin embargo, son uno de los mejores ejemplos de que el humor también puede ser inteligente y culto. Desde su formación a mediados de la década de 1960, los argentinos hicieron del humor agudo y sagaz su sello, con constantes alusiones a ámbitos de la cultura más o menos disímiles como la historia, el psicoanálisis, la literatura y otros.
El nombre del grupo, por cierto, es el francés para “laudero”, la persona que tiene por oficio construir o reparar instrumentos de cuerda; lo tomaron porque otro de sus rasgos distintivos es la inclusión de composiciones originales en sus espectáculos, irónicas todas ellas, mismas que interpretan con peculiares instrumentos musicales que ellos construyen.
A continuación compartimos una breve selección de videos tomados de YouTube con algunas rutinas memorables de Les Luthiers, en las que se comprueba por qué han obtenido tan merecido reconocimiento.
Un delicioso calambur a partir del peculiar nombre de Terpsícore, la musa de la danza en la mitología griega.
Parodia del bolero romántico, uno de los géneros de la música popular más escuchados en el siglo XX en América Latina.
Otro género popular latinoamericano, la cumbia, intervenido por uno de los personajes emblemáticos de Les Luthiers, el malogrado compositor Johann Sebastian Mastropiero.
El inicio del show Lutherapia, en donde además de una secuencia a propósito del psicoanálisis y esos rasgos que lo hacen risible, se incluye también una composición alusiva a las Cruzadas.
La chanson française “traducida” al humor de Les Luthiers.