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El erotismo es una fuerza que, por definición, se encuentra en lo más terrenal y mundano

Desde cierta perspectiva, se ha dicho que el ser humano posee una composición dual. Por un lado tenemos un origen que se enraiza con la naturaleza, con nuestros ancestros animales y nuestro pasado adscrito de lleno a los ciclos naturales del mundo. Por otro, sin embargo, y a manera de oposición, se encuentra nuestra cultura, esa herramienta que desarrollamos para sobrevivir y que, con el paso del tiempo, se convirtió según algunos en nuestra verdadera naturaleza. Todavía hasta el siglo XIX se hablaba de “instintos” o “necesidades básicas”, en alusión a cierta “parte animal” del ser humano. Pero lo cierto es que aun en los casos del hambre o la evacuación, por más elementales que sean estas acciones, su transformación cultural es innegable y hay quien aventura que incluso se encuentra ya inscrita en nuestro código genético.

Un gran ejemplo de esto es el erotismo, esa naturaleza cultural que se encuentra sobre nuestra sexualidad y que le da un sentido totalmente distinto al del apareamiento o la reproducción. El erotismo es una especie de universo paralelo habitado por el cuerpo, la seducción, el amor, la atracción, las caricias, las miradas, el galanteo, la frustración, los celos, el desencanto, la fascinación y muchas realidades y circunstancias más, todos con el denominador común de la sexualidad pero enriquecido, unido a los cientos y cientos de años de historia humana.

La autora de los videos que ahora compartimos, Stephanie Sarley, ejerce el erotismo desde una perspectiva muy original: con frutas. El contenido es lo suficientemente sugerente para no decir más al respecto y sólo entregarnos a su contemplación. Veamos:

 

Cabe mencionar que hace unas semanas, cuando los videos de Sarley conocieron un momento de apogeo, la plataforma de Instagram inhabilitó su cuenta, inexplicablemente, pues son sólo videos de frutas, ¿no? Y si bien Instagram recapacitó a los pocos días y la volvió a activar, quizá algo nos enseña este incidente.

Que si bien de entrada podría creerse que son sólo videos con frutas, que se trata de un contenido inocente, acaso justo esa es la clave del erotismo: descubrir que lo más cotidiano, lo más terrenal, lo que está más a nuestro alcance puede ser un objeto sensual, recubierto de fuerza erótica.