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Hoy los niños sufren más ansiedad que los niños de 1950 que recibían tratamientos psiquiátricos

Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 01/10/2016

Los niveles de ansiedad entre las personas se han disparado alarmantemente en los últimos 50 años

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La ansiedad, en su acepción negativa, es decir aquella que induce a una persona a estados profundos de estrés físico o emocional, y que en muchos casos deriva en depresión, está indudablemente de moda. Si analizamos brevemente nuestros entornos, nuestros estilos de vida y cotidianidad, comprobaremos que buena parte de las exigencias y estímulos a los que estamos expuestos favorecen tajantemente la generación de ansiedad. 

Dos estudios cuyos resultados fueron incluidos en la edición decembrina del Journal of Personality and Social Psychology de la American Psychological Association (APA) advierten que los niveles de ansiedad entre la población infantil se han incrementado de manera significativa desde mediados del siglo XX. Incluso se determinó que la ansiedad ha ido creciendo a tal ritmo que ya desde la década de los 80 el promedio de ansiedad en un niño era mayor a aquel que en 1950 ameritaba someterse a tratamiento psiquiátrico.

Pero lo peor es que esta tendencia lejos de revertirse se ha ido intensificando, lo cual sugiere que en la actualidad un niño está expuesto a niveles de ansiedad que hace apenas unas décadas hubiesen calificado como insólitos. Además, la ansiedad tiene múltiples implicaciones que han probado ser altamente nocivas para nuestra salud. Al respecto Jean M. Twenge, doctora en psicología por la Case Western Reserve University, advierte:

Los resultados del estudio sugieren que los casos de depresión seguirán incrementándose en las próximas décadas, pues la ansiedad tiende a predisponer a las personas hacia la depresión. [...] Diversas investigaciones han concluido que las personas ansiosas tienen un mayor índice de mortalidad, sobre todo porque la ansiedad está asociada a la aparición de males como asma, síndrome de intestino irritable, úlceras, inflamación del intestino y males cardíacos. 

 

Imagen vía APA