Pocas mejores oportunidades para religarnos al aspecto sacro de la naturaleza que observar una lluvia de estrellas. La repetición fugaz de meteoros dibujando su eco sobre el cielo, la posibilidad de que sea una experiencia colectiva y, a la vez, radicalmente individual, íntima, hacen de estos espectáculos experiencias inolvidables.
La noche entre el 28 y el 29 de julio se registrará el máximo pico de la lluvia de estrellas conocida como Delta Acuario, la cual acompaña los cielos del hemisferio norte entre el 12 de julio y el 23 de agosto. Se calcula que en su clímax, el cual ocurre hoy, se registrarán hasta 20 meteoros visibles por hora. La lluvia ocurre por el material lumínico que dejaron a su paso los cometas Kratch y Marsden.
La única mala noticia para todos los amantes del fulgor de las lluvias estelares es que la Luna se encuentra muy próxima a su plenitud y registra un 89% de luminosidad, factor que podría privar a muchos de disfrutar el paso de los meteoros o, al menos, disminuir la intensidad de su brillo. Por esta razón se recomienda procurar disfrutar de la lluvia durante las primeras 2 horas de la noche, a partir del atardecer, ya que la Luna apenas estará subiendo al cenit.