Podría pensarse que hablar sobre arte contemporáneo es ocioso; un lugar en el terreno de los privilegiados que pueden darse el lujo, el interés y el tiempo para discutir sobre la pregunta eterna que preocupa a algunos: ¿es arte o no?
En su libro Vs el arte contemporáneo, de Tumbona Ediciones, Javier Toscano nos introduce brevemente a un singular fenómeno: cómo el sistema del arte se alimenta a sí mismo con fórmulas repetidas que probadamente funcionan en el mercado.
El "ready made" de Duchamp (la pieza que adquiere un carácter estético en su descontextualización) o la exaltación de los productos y la mercadotecnia con el trabajo estético de Warhol han sido durante décadas replicados, con algunas pocas variaciones, en el discurso creativo de miles de nuevos "artistas". Toscano nos explica lúcidamente este fenómeno a partir de la ilusión creada por el sistema capitalista democrático, pues la mercadotecnia ha impregnado al arte: cualquiera puede ser artista, algo que se materializó en el mensaje de la famosa obra de 1993 llamada Do it; unos años antes, en 1988, una campaña masiva de Nike lanzaba el mensaje Just Do It.
Si a Marck Zuckerberg, a Steve Jobs o a Bill Gates les fue bien saltándose la universidad y escalando en la cumbre socioeconómica a partir de su talento, estos casos representan sólo unos capítulos de éxito de entre los millones que no alcanzan el pedestal. Así, la noción del “tú puedes” ha permeado al arte y miles de nuevos artistas creen poder “ser artistas” por mera decisión: sólo basta subir a la cumbre con estrategia y por supuesto, relaciones sociales.
Con el concepto de Know How, Toscano también nos advierte que hoy las escuelas de arte parecieran enseñar más a los alumnos cómo ascender en el sistema del arte que a seguir sus propios impulsos creativos (en caso de que estos existan).
Hoy pareciera que las relaciones públicas son más importantes que cualquier otro talento para llegar a la cima. Así, se tiene la noción de que el artista que no llegó al reconocimiento es culpable de ello porque no supo cómo hacerlo: cómo si ese fuese el trabajo de un creador (muchas veces, la personalidad del genuino artista suele ser antagónica a esta capacidad).
Al leer este breve pero sugerente ensayo de Toscano, el autor nos invita a preguntarnos cómo es que el sistema del arte (los curadores, los museos, las escuelas, los coleccionistas, etc.) sigue legitimando un discurso que ya está sobrentendido: ¿una tendencia de mercado redituable?, ¿un público por demás fácil?
Recomiendo ampliamente este texto que desmadeja hábilmente cómo es que el sistema del dinero, las relaciones públicas y la falsa idea de que todos podemos lograr lo que queramos, han desvirtuado la creación actual de arte (nada que no pueda remediarse, por cierto).
Puedes encontrar el libro aquí.
Twitter de la autora: @anapauladelatd
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