La Galería Sparta de Los Ángeles exhibe actualmente una singular exposición en sus muros: la obra del Dr. Muerte, Jack Kevorkian, el más famoso defensor del suicidio asistido para pacientes con enfermedades terminales.
Algunas de las pinturas parecen más fáciles de clasificar que otras, van de los retratos a oscuros simbolismos que se vislumbran en el vértigo de inclinarse sobre el abismo de la muerte. Hay ecos de Magritte, rasgos de un mundo onírico post mortem donde se mezclan la alegría y la angustia. También hay cuadros explícitamente simbólicos, políticos.
Cada cuadro, hasta el más simple, está recubierto por un halo de misterio. Puede que en sí mismos varios de sus cuadros parezcan no decir mucho, pero desde que Kevorkian murió por una trombosis en el verano de 2011 (sin que hubiera intentos por prolongar su vida una vez avanzada su enfermedad), su mito lo envuelve todo y cada cuadro se vuelve una puerta que lleva a alguna de las habitaciones de su cerebro, donde puedes presenciar el singular flujo de sus ideas.