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A pesar de que se trata de una costumbre extendida en numerosos países, la siesta podría estar relacionada con el desarrollo de enfermedades respiratorias.
La_migdiada La migdiada, Ramon Martí Alsina (1884)

En algunos países y personas la siesta es un hábito común. En algún momento de la tarde, con cierta frecuencia después de la comida y bastante antes de la cena, la pesadez de la digestión induce el letargo necesario para arrellanarse en la superficie muelle más cercana y con la promesa de dormir no más de 15 o 20 minutos, comienza una rápida visita a las regiones de la somnolencia. Según algunos, el origen de esta costumbre se remonta la Edad Media europea, cuando la regla monástica de San Benito prescribía “tranquilidad y reposo en la hora sexta”, justo la hora que sucedía a los alimentos vespertinos.

Sin embargo, pese a todo este legado, tomar una siesta puede ser más nocivo de lo que creemos. Esto de acuerdo con una investigación realizada recientemente por investigadores de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, quienes analizaron el estilo de vida de 16 mil adultos británicos en busca de la relación entre la siesta y el desarrollo de ciertas enfermedades.

De acuerdo con el estudio —el cual forma parte de una investigación más amplia sobre las causas del cáncer—, la siesta incrementa en poco más de 30% la posibilidad de morir prematuramente, pues se convierte en factor de males respiratorios como la bronquitis, el enfisema y la neumonía. En este sentido, la probabilidad de morir por una enfermedad respiratoria aumenta en 2.5 con respecto a personas que no acostumbran tomar el susodicho descanso y sólo duermen de noche. El estudio sugiere que la siesta puede ser ya un síntoma de un trastorno respiratorio.

Desglosando estos resultados, los investigadores encontraron que el riesgo de muerte aumenta 14% cuando la siesta dura menos de 1 hora, pero pasa a 32% cuando ésta se extiende por más tiempo.

En cuanto a la causa, parece ser que la siesta provoca inflamación en el cuerpo, lo cual trastorna su funcionamiento.

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